PROPONEN TRASPLANTE DE CÉLULAS MADRE CONTRA PARKINSON

“Una línea de investigación internacional”.

J. Alberto Castro
Columnas
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La enfermedad de Parkinson se caracteriza por la pérdida o degeneración de neuronas, lo que provoca una falta de dopamina en el organismo. La zona del cerebro donde se produce esta pérdida de neuronas es una estructura llamada sustancia negra, situada en la parte media del cerebro, mientras que la dopamina es una sustancia que transmite información necesaria para que realicemos movimientos con normalidad.

Hablamos de un trastorno neurodegenerativo que afecta al sistema nervioso de manera crónica y progresiva.

La enfermedad de Parkinson se asocia al envejecimiento, porque la edad es un claro factor de riesgo. Lo más común es que inicie entre los 50-60 años. Así, la prevalencia aumenta exponencialmente a partir de la sexta década de vida.

Es la segunda enfermedad neurológica más frecuente en la actualidad después del Alzhéimer y pertenece a los llamados trastornos del movimiento. No se considera una enfermedad rara, dado que se presentan de 150 a 200 casos por 100 mil habitantes al año en diversas partes del mundo; y en México 50 de cada 100 mil habitantes pueden padecerla.

Aún no se conoce la causa última de la enfermedad. Sin embargo, se considera que podría deberse a una combinación de factores genéticos, medioambientales (consumo continuado a lo largo de los años de agua de pozo o haber estado expuesto a pesticidas y herbicidas) y los derivados del propio envejecimiento del organismo.

Este mal, descrito por primera vez en 1817 por el doctor James Parkinson, es causado —como ya se dijo— en gran medida por la pérdida de neuronas en la sustancia negra del cerebro, un microregulador del cuerpo estriado a través de la dopamina, un neurotransmisor. Al morir las neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra, esta microregulación desaparece, lo que causa los movimientos característicos del Parkinson, además de síntomas no motores, como cambios cognitivos, trastornos del sueño, depresión y otros.

Hoy no se dispone de un tratamiento curativo. La medicación se centra en reestablecer el contenido de dopamina en el cerebro con el objetivo de mejorar los síntomas y la calidad de vida de la persona.

Estrategias innovadoras

Por fortuna, científicos de distintos países intentan otras innovadoras estrategias para retrasar la progresión de la enfermedad o incluso reemplazar las células perdidas, como es el caso de la doctora Magdalena Guerra Crespo, de la Facultad de Medicina de la UNAM, quien desarrolla estudios que conducen a mejorar una potencial terapia celular que intenta restituir la función de la sustancia negra en esta enfermedad.

La doctora en Bioquímica encabeza a un grupo de científicos que sintetizaron los avances de sus investigaciones e hipótesis en un artículo publicado en Brain Sciences y que propone el uso de células madre embrionarias.

La especialista confía a Vértigo que la terapia que prevén “se basa en el trasplante de células pluripotentes, es decir, que se convierten en muchos tipos celulares, derivadas de células madre o troncales embrionarias, y que pueden dar origen a precursores de neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra”.

Cuenta que lo que han estudiado desde hace ya varios años es tratar de explorar particularmente la denominada sustancia negra parscompacta (SNpc) en su capacidad para permitir la sobrevivencia neuronal y especificación del linaje dopaminérgico. También prevén en un futuro utilizar células troncales pluripotentes embrionarias provenientes de humanos.

Precisamente en el estudio se hace hincapié en que “el trasplante de neuronas dopaminérgicas inmaduras o precursores neuronales derivados de células madre embrionarias (ESC) en la SNpc es un enfoque terapéutico potencial para la restitución funcional de la vía nigroestriada en la enfermedad de Parkinson”.

Recuerda la experta en Neuropatología Molecular que primero reportaron un avance importante, ya que habían logrado que células de ratón podían en cierta proporción diferenciarse de manera específica. Por el contrario, ahora utilizan las células madre pluripotentes de humano, pero dirigidas con tres factores de transcripción tales que diferencian o que pueden llevar hacia el fenotipo que sintetiza dopamina. Esto es muy importante porque históricamente se busca restaurar esta zona afectada por Parkinson.

Cabe aclarar que hasta ahora la indagación ha sido efectuada experimentalmente con roedores de laboratorio, luego vendrán estudios traslacionales con primates no humanos. Entretanto, la investigadora considera que aún faltan muchos estudios para comprender los efectos del microambiente local en las células trasplantadas para mejorar la supervivencia y la diferenciación específica in situ.

Una de sus primeras conclusiones es que los resultados contribuyen a dilucidar el potencial de la sustancia negra para permitir la diferenciación de células modificadas genéticamente y trasplantadas en una etapa muy temprana de desarrollo, lo que significaría que la sustancia negra aloja una mayor capacidad para permitir la supervivencia y la neuralización (formación del túnel neural) que la reportada previamente, debido a que se observó la formación eficiente de rosetas neurales (estructuras que diferencian de forma similar al tubo neural) que fueron positivas a marcadores del fenotipo dopaminérgico.

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Algo muy importante es la sobrevivencia a largo plazo de las células trasplantadas, pues también sugiere que la plasticidad de las células no neuralizadas y probablemente las células progenitoras neurales dopaminérgicas se pueden modificar con factores de transcripción y, por lo tanto, la optimización de la supervivencia y la diferenciación dopaminérgica en la sustancia negra puede ser altamente mejorada en terapias de reemplazo celular.

Respecto del momento en que se podrá contar con esta terapia celular para mitigar la enfermedad de Parkinson, admite que no es posible definirlo, pero asegura que lo trascendental es que aún se hacen estudios. “Esa es la gran noticia. Actualmente hay una línea de investigación internacional que efectúa ensayos clínicos que muestran que no se ha perdido el interés por encontrar a nivel celular una solución para este padecimiento”.

Precisamente hay un grupo científico estadunidense y europeo TRANSEURO que aplica un trasplante abierto neural con tejido mesencefálico ventral fetal en pacientes con Parkinson desde el 17 de abril de 2019.

El estudio Transeuro Transplant es un ensayo que consiste en injertar tejido fetal en el cerebro de pacientes con Parkinson, a quienes se hace un seguimiento personalizado por varios años. El tejido insertado en el cerebro es para ayudar a reemplazar y reconstruir la dopamina perdida del cerebro.

Los estudios son controlados y solo se injertó a un total de once pacientes en Cambridge, Reino Unido, y Lund, Suecia. No se hicieron más cirugías porque se debían esperar los resultados. Los científicos continúan evaluando a estos pacientes dos veces al año junto con un grupo de control que no recibió ninguna intervención.

Dice Guerra Crespo que espera que muy pronto se den los resultados de estas investigaciones, ya que en el caso de que sean positivos se abre una gran posibilidad de impulsar una solución celular para atender la enfermedad de Parkinson.

Factores de riesgo

» Edad Es poco frecuente que los adultos jóvenes tengan la enfermedad de Parkinson. Por lo general comienza en la segunda mitad de la vida o en edad avanzada y el riesgo aumenta a medida que envejecemos. Las personas suelen contraer la enfermedad aproximadamente a partir de los 60 años.

» Herencia Tener un familiar cercano con Parkinson aumenta las posibilidades de padecer este trastorno. Sin embargo, el riesgo sigue siendo bajo, a menos que se tengan muchos familiares con dicha enfermedad.

» Género Los hombres son más propensos a tener la enfermedad de Parkinson que las mujeres.

» Exposición a toxinas La exposición continua a herbicidas y pesticidas puede aumentar ligeramente el riesgo de tener Parkinson.