ÚNICA PERTENENCIA

Daniela Suárez
Columnas
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PERTENENCIA

La mayor desgracia de la juventud actual es ya no pertenecer a ella.

Salvador Dalí

Muchos de nosotros anhelamos ser únicos, mucho más en la etapa de la adolescencia. Creemos que ser diferentes nos hará sobresalir y esto tal vez nos hará de alguna manera ser populares. Ser especiales es mejor a ser poco originales, ¿cierto?

Sin embargo, el ser originales a veces muestra el otro lado de la moneda y es la firme competencia con otra meta: la pertenencia.

Quizá para muchos otros es mejor pertenecer que ser único, ya que a lo mejor por intentar ser únicos en algún momento podemos desentonar con el resto y así dejamos de pertenecer. Así que, ¿qué es mejor, pertenecer o sobresalir por ser único?

Con esta pregunta en mente el sicólogo William Chopik y un equipo de investigadores se dieron a la tarea de explorar qué prefieren las personas. Los datos procedían de un estudio longitudinal realizado entre 2000 y 2020, que pretendía comprender los cambios de personalidad a lo largo del tiempo.

Para esta investigación el equipo analizó las respuestas de los participantes a un cuestionario sobre singularidad que se conceptualizó a través de tres componentes: despreocupación por las reacciones de los demás, un deseo de no seguir siempre las reglas y la disposición a defender públicamente las propias creencias.

Los resultados del estudio publicado en Collabra: Psychology mostraron que la necesidad de ser único ha ido disminuyendo a lo largo de los años.

Este es el caso tanto de la necesidad de ser únicos en general como en los tres ámbitos por separado. La diferencia más notable a lo largo de los años fue la disposición de los encuestados a defender públicamente sus creencias. El equipo de expertos señala que estos resultados no eran significativos y se basaban únicamente en los participantes que habían facilitado información demográfica (en torno a 25% de la muestra y solo durante cinco años). Futuras investigaciones podrían analizar más detenidamente cómo se ha desarrollado esta historia en función de los distintos grupos demográficos.

Causas

Sin embargo, los expertos sugirieron varias causas a estos cambios. Una de ellas se relaciona con el aumento de la ansiedad social. Esta causa es algo que puede hacer que las personas sientan una mayor necesidad de seguridad y aceptación por parte del grupo en vez de buscar ser únicos y resaltar.

También los investigadores indican que otra posibilidad es que gracias al internet muchas veces en foros o redes sociales se castiga a la gente por expresar opiniones periféricas y esto quizás haya movido esta aguja en particular. Aun así, este patrón también podría deberse a algo más positivo: con el auge de la comunicación online y las redes sociales tenemos más oportunidades que nunca de encontrar nuestras tribus y expresarnos como queramos. La disminución de las medidas de nuestra necesidad de singularidad podría deberse, paradójicamente, a que esa necesidad está cada vez más satisfecha.

Sin embargo, la explicación de esta tendencia sigue siendo por ahora un misterio. Futuros estudios que analicen datos de décadas anteriores podrían aclarar mejor los factores en juego.