“QUE MUJERES PODEROSAS EMPODEREN A OTRAS MUJERES”

Martha Mejía
Columnas
Compartir
ANGÉLICA DEL CARMEN RUIZ

Desde pequeña, Angélica del Carmen Ruiz Font soñaba con crear nuevas cosas a partir de la naturaleza. Y así lo hizo: luego de 25 años de experiencia como bióloga, hoy trabaja como profesora-investigadora en el Centro de Investigación en Biotecnología Aplicada CIBA del IPN en una biotecnología que da oportunidad a los agricultores de dejar de depender de herbicidas como el glifosato para transmutar a soluciones más orgánicas y en balance con la salud de la Tierra.

Por este trabajo ha sido reconocida por la Royal Academy of Engineering de Reino Unido y recientemente fue galardonada como una de las 25 Mujeres en la Ciencia por parte de la fundación 3M.

—¿En qué consiste su proyecto de investigación?

—Lo que hacemos es dar solución al control de malezas mediante un bioherbicida que nombramos TALARIA, para los agricultores que en algún momento van a tener que dejar de usar herbicidas como el glifosato o el 2,4-D, que son poderosos defoliantes.

Añade que “ellos deben tener un producto que les garantice la cosecha, porque si dejas esas malezas pueden quitar hasta 50% de la productividad de un campo. La patente la inscribimos en 2020; pasó el análisis de forma en 2021 y acaban de pedirnos algunas revisiones de fondo que ya solventamos. Entonces, estamos en nivel seis de nueve. Esos niveles ya de escala en ambientes reales son para los que necesitamos recursos económicos, necesitamos un socio con el que vayamos de la mano para lograr la formulación comercial”.

—En su opinión, ¿cuál es el principal obstáculo para una mujer que desea hacer ciencia?

—La carga cultural de que la mujer no puede dirigir, que no es líder; el hecho de que no se reconozca que el pensamiento femenino es importante para la toma de decisiones. Hay un sesgo, hay parcialidad para evaluar con objetividad los logros de una mujer.

Emprendimientos

—¿Por qué es importante visibilizar la ciencia hecha por mujeres?

—A veces la ciencia es un camino difícil. Por ejemplo, he ido a hablar a las casas de mis estudiantes para conocer a sus papás y decirles: “Su hija tiene tremendo talento y la capacidad, déjela estudiar una maestría, tenemos becas”. En este sentido, hay que decir que México es uno de los pocos países que tienen becas. He estado en Estados Unidos; ahí hice parte de mi doctorado; he estado en España y Reino Unido; y no conozco becas como las que se dan aquí: es un regalo que este país les da.

Entonces, puntualiza Ruiz, “es muy importante decirle a los papás y a las mamás que apoyen a sus hijas cuando les digan que les gustan la ciencia, la ingeniería, las matemáticas… Que no les digan que es difícil. A otras mujeres también les digo que apoyen a sus sobrinas, a sus hermanas menores, a sus amigas en este camino de las ciencias ‘duras’, que en realidad son fascinantes; que las acompañen y las empoderen. Las mujeres que estamos en un proceso más maduro en la ciencia estamos aquí para apoyarlas”.

—Como científica, ¿cuál es su sueño más grande?

—Que en Latinoamérica se desarrollen más empresas de biotecnología, que los gobiernos impulsen estos nuevos emprendimientos.

—¿Qué es lo que usted quiere?

—Lo que yo quiero es que más mujeres con poder empoderen a más mujeres. Tal vez te esperas que un hombre no te apoye, pero es muy difícil cuando una mujer no lo hace; entonces, quiero que más mujeres poderosas apoyen a más y más mujeres y así poder romper el statu quo actual.