“SERÍA FANTÁSTICO QUE UNA MUJER LLEGARA A LA PRESIDENCIA”.

Martha Mejía
Columnas
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MUJER A LA PRESIDENCIA

Karolina Monika Gilas, profesora en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, ha sido investigadora en el Centro de Capacitación Judicial Electoral del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y platica con Vértigo sobre la violencia política hacia las mujeres.

—¿Cuál es la importancia de la representación política de las mujeres?

—Es fundamental porque nos permite fortalecer los mecanismos de la equidad y entonces avanzar hacia la construcción de una sociedad más igualitaria. Por lo contrario, el hecho de que no haya mujeres dentro de los espacios de poder, como la política, por ejemplo, no solo les impide a ellas decidir, sino que también les dice a todas las mujeres y a todos los hombres que nosotras no tenemos lugar en la representación.

Asimismo, “tendemos a tener esa esperanza, esa expectativa de que lleguen las mujeres a posiciones de poder y lo cambien de un día para otro, pero los procesos son mucho más difíciles; por otra parte, no debería ser solo responsabilidad de ellas, sino que tendría que ser responsabilidad de todo el mundo llegar a la equidad en la sociedad”.

—¿Cuál es la diferencia entre cuota de género y paridad de género?

—Las cuotas de género son acciones afirmativas temporales, mecanismos que se establecen legalmente. En nuestro caso fueron instituidas en la legislación electoral, fueron hechas para reservar cierta cantidad de espacio para las mujeres como mecanismo de equidad, para poder saltar más rápido y sobreponerse de manera más efectiva a los obstáculos que enfrentan cuando buscan acceder a los cargos públicos.

Sin embargo, actualmente en varios países de América Latina, como Argentina, Costa Rica, Perú, Ecuador o México, por citar algunos, estamos ya con la paridad. En nuestro caso es un principio constitucional; por eso eleva su rango, no es temporal. La paridad lo que postula es que tenemos que cambiar la manera en la que compartimos los espacios y ejercemos el poder en nuestra sociedad.

Derecho

—Actualmente México tiene dos mujeres aspirantes a asumir la Presidencia el próximo año. ¿Cuál es la relación de estas mujeres respecto de la violencia política de género?

—Si llegara una mujer a la Presidencia sería fantástico. Por supuesto que sería un avance y simbólicamente tendría un peso extraordinario. Ya hay varios países de América Latina que han tenido mujeres a la cabeza: Brasil, Chile o Argentina, por ejemplo. En México estamos en este sentido atrás, aunque hemos tenido logros fantásticos en términos de representación parlamentaria. Pero sin duda que una mujer llegara a la Presidencia sería un hecho histórico.

Sin embargo, añade Gilas, “en México es difícil para las mujeres hacer política y una de las razones tiene que ver con la violencia política en razón de género; a las dos precontendientes constantemente se les acusa y se les señala de estar manipuladas por los hombres. Se asume que una mujer no puede ser política por sí misma, en su propio derecho, por la ambición que ella tiene, por el derecho que tiene, por el trabajo que ha hecho, por el esfuerzo, la dedicación; y no es así”.

Otro elemento de esa “constante violencia contra las mujeres son los comentarios sobre cómo se visten, cómo se ven; encaran un escrutinio público muy fuerte al que los hombres no se enfrentan; a ellos no se les pregunta cuántos años de experiencia tienen, se da por hecho que la tienen. Pero la mujer debe ser tres veces mejor y tener tres veces más credenciales que un hombre para que se le deje de cuestionar”.