UNA MONTAÑA LLAMADA DONALD J. TRUMP

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Donald Trump retos

El reto se antoja inigualable. Escalar la adversidad que el nuevo gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica va a imponer a nuestro país se vislumbra como una tarea que requerirá de una gran suma de habilidades y voluntades para los mexicanos.

Sin embargo, es propicio tratar de ver el sol entre las nubes y apostar a que nuestro país estará a la altura de los retos ya que en términos sensatos nadie —y se subraya nadie— debería estar contento con que a nuestro México le pueda ir mal.

En primer término, para efectos de la política migratoria existe ya un antecedente que se encuentra en el primer periodo de Trump en 2019. De tal experiencia se pueden derivar acciones valiosas como respuesta desde las políticas públicas mexicanas. En esta ocasión la presencia militar de efectivos norteamericanos en la frontera se soporta adicionalmente en la declaratoria de emergencia nacional en la frontera sur.

La pasada vez, la presencia de dichos militares se limitó a un mero apoyo logístico, ya que el marco normativo establecía diferentes restricciones a la actuación de los efectivos. En este nuevo y actual escenario el actuar se avizora más permisivo para las autoridades estadunidenses con el apoyo de la mencionada declaratoria, pero cabe subrayar que aún los limitan ordenamientos como la Insurrection Act y la Posse Comitatus, que son leyes que delimitan la actuación de las tropas en escenarios de emergencias internas.

Es deseable que México refuerce su actuar mediante una política que apueste por la protección irrestricta de los derechos humanos de nuestros connacionales. De tal forma, mucho se podrán atemperar los ánimos que han avivado la idea de un actuar laxo por parte de la propia Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Es la oportunidad para que nuestro país se distinga por un correcto cerco de protección en la materia que ejemplifique en el plano mundial.

Coordinación

Por otra parte, ante el restablecimiento de la política Quédate en México que incentiva y justifica las deportaciones masivas, por igual ya se ha transitado en un escenario anterior que amenaza con endurecerse en la actualidad. Es aquí donde México tiene la oportunidad de convertirse en un líder regional en la defensa y protección de los derechos de migrantes. Además, la condición geográfica justifica que nuestro país sea el conductor de diversas acciones y políticas que bien pueden encontrar soportes y fondeos en el plano internacional. Una conducción estratégicamente protagónica nos presentará como una nación sólida, con las consecuencias positivas que dicho reconocimiento implicaría.

En un tercer término, la orden ejecutiva que cataloga a los cárteles como terroristas es un prisma que presenta muchos frentes. Más allá de pensar fantasiosamente en una invasión para el exterminio de grupos delincuenciales la declaratoria que da la calidad de terroristas a estos tiene implicaciones de profundo calado en lo económico y en la cooperación bilateral. En lo tocante al plano económico y financiero esta orden ejecutiva no implica que se modifiquen los mecanismos legales por los cuales se concede cooperación para la obtención de información financiera. Los tratados vigentes en materia de cooperación internacional, el seguimiento de proceso penal en territorio nacional conocido comúnmente como artículo 4 y el correspondiente al procedimiento de extradición aún establecen el marco normativo para sustanciar procedimientos legales entre nuestros países.

Sin embargo, por igual este escenario constituye una maravillosa ocasión para sentarse en una mesa donde se replantee el esquema de cooperación que, a decir de algunos expertos, no se ha fortificado desde los lejanos tiempos de la implementación del llamado Plan Mérida. Las circunstancias, las modalidades y la intensidad de operación de los grupos criminales han cambiado diametralmente en estos 30 años y la única forma de enfrentar con efectividad este flagelo es mediante la coordinación y la cooperación dentro de los acuerdos y el marco de ley existente. Es un esfuerzo conjunto que no puede admitir distanciamientos ni desconfianza.

En cuanto a la política comercial, tenemos la oportunidad de fortalecernos en materia de creación y maquila de tecnología mediante el ya anunciado Plan México que nos posicione como proveedores en sectores de alto valor agregado.

La montaña es altísima, pero se puede escalar.