El 2 de junio Claudia Sheinbaum ganó con un amplio margen las elecciones presidenciales en México. Al menos dos elementos importantes se pueden desprender de tal resultado: el primero es que Morena sigue siendo una fuerza política sin ninguna oposición verdadera en lo que respecta a los partidos. Ya le tocará ser a la ciudadanía el contrapeso político. El segundo es que la población mexicana cree en el discurso de la izquierda como vía política para el país.
No tiene caso ponerse a debatir si Morena es o no un partido de izquierda. Al menos discursivamente hablando así se presenta, por más cuestionables que sean sus decisiones y ciertas figuras dentro de dicho movimiento.
Pero entremos a un tema que abre debates entre la derecha e izquierda en la escala global: la migración. ¿Cómo se posicionan en otros lados del mundo al respecto? ¿Con qué panorama tendrá que trabajar Sheinbaum a nivel internacional?
Las elecciones al Parlamento Europeo vieron un aumento significativo de la ultraderecha y derecha en países como Francia y Alemania. Este voto tiene muchas explicaciones, siendo una de ellas que ha ganado terreno en el debate internacional, el problema de la migración. Para algunos esta relativa victoria de la ultraderecha no se entiende sin observar la inexistencia de políticas de integración para migrantes y la falta de un plan bien organizado ante el gran flujo de refugiados de África y Oriente Medio. Es una situación bastante compleja que la ultraderecha convirtió en el estandarte de su discurso para generar votos. Tal estrategia parece haberle funcionado.
Ahora pasemos a nuestro vecino del norte, Estados Unidos, donde la situación se acomoda para que regrese Donald Trump al poder y, con ello, los discursos antiinmigrantes que le han dado fama. Cabe mencionar que las políticas contra la migración no pertenecen solo a los republicanos, pues hace poco Joe Biden firmó una orden ejecutiva para restringir el acceso de migrantes indocumentados y las solicitudes de asilo. Aunque tal medida, para algunos, se ha interpretado como una estrategia para conseguir votos de la derecha, la realidad es que también el propio Partido Demócrata apoya que se endurezca el flujo de migrantes en la frontera con México. La diferencia se encuentra en el discurso.
Destino
México no es ajeno a la cuestión migratoria y ahora le tocará al gobierno de Sheinbaum posicionarse al respecto.
La pregunta es: ¿a qué tipo de México llegará la migración? Tal fenómeno será uno de los grandes desafíos que enfrentará el nuevo gobierno. México se encuentra en una posición geográfica y política compleja, siendo un país de tránsito para migrantes de Centroamérica y otros países que buscan llegar a Estados Unidos, pero que también se ha convertido en un destino para estas personas.