El miedo es natural en el prudente, y el saberlo vencer es ser valiente.
Alonso de Ercilla y Zúñiga
El miedo es algo extraño: puede ser algo completamente irracional o bien algo compartido al nivel que se vuelve colectivo. Hay miedos racionales que surgen después de un trauma, pero también existen aquellos irracionales que no nos explicamos por más que le tratamos de dar vueltas.
Sin embargo, y en teoría, muchos de nuestros miedos se podrían mejorar al tener terapia de exposición, un tratamiento que le permite a las personas confrontar fobias específicas e individuales en escenarios controlados.
¿Pero la terapia de exposición podría calmar nuestros nervios en distintas fobias que no están relacionadas? En un estudio publicado por la revista Translational Psychiatry la autora, Iris Kodzaga, y sus colegas encontraron evidencia que indica que este podría ser el caso y así posiblemente se podrían tratar algunas fobias.
Para el estudio los expertos reclutaron a adultos de 18 a 40 años que reportaron miedos tanto a las alturas como a las arañas. En varias etapas los participantes rellenaron cuestionarios estandarizados sobre sus miedos. Tras la evaluación previa los participantes se dividieron en condiciones de exposición y no exposición.
Los que se encontraban en la condición de exposición participaron en una prueba de aproximación conductual (BAT, por sus siglas en inglés), tanto para arañas como para alturas, con el fin de medir aún más su miedo. La BATpara arañas requería que los participantes se acercaran a una araña lo más rápido y cerca posible, hasta que sintieran demasiado miedo, tanto como para no seguir. Las puntuaciones se otorgaban en función de la distancia a la araña; por ejemplo, se daban cero puntos si el participante se negaba siquiera a entrar en la habitación, mientras que recibía 13 puntos si era capaz de trasladar la araña de un terrario a un frasco.
Para el BAT de las alturas se pidió a los participantes que subieran a la torre de una iglesia local, de nuevo hasta que su miedo les impidiera ir más allá, y se les calificó en función de la estación predeterminada a la que habían llegado.
Tratamiento
Una semana después los participantes en esta condición participaron en un tratamiento de exposición para su miedo a las arañas. El tratamiento constaba de 14 pasos, con niveles de dificultad crecientes que iban desde observar a una araña dentro de un frasco hasta el más difícil: agarrar a la araña con la mano. Un día después del tratamiento el grupo de exposición realizó una evaluación posterior, en la que se sometieron a las dos BAT y volvieron a evaluar su miedo, además de rellenar los cuestionarios relacionados con el miedo a las arañas de la evaluación previa.
Los del grupo de no exposición completaron todos los pasos anteriores menos el tratamiento de exposición. Y aunque el miedo a los animales y el miedo a las alturas no están relacionados, los resultados sugieren que la terapia de exposición dirigida a las arañas también mejoró el miedo a las alturas de los participantes: los participantes que realizaron la terapia de exposición a las arañas también subieron a mayores alturas.
De acuerdo con los expertos esto sugiere que la terapia se generalizó. Aunque no está exactamente claro por qué la exposición a un miedo puede permitirnos progresar con otro, una teoría es que la terapia de exposición nos permite desarrollar herramientas emocionales que pueden utilizarse con todo tipo de estímulos que provocan miedo, atenuando el miedo incluso hacia algo a lo que no hemos estado expuestos.
Y tú, ¿tienes algún miedo o fobia que te gustaría enfrentar?