La crisis climática alcanza tal magnitud que obliga a romper paradigmas: si queremos un futuro en este planeta hay que tomar las acciones necesarias para lograrlo y entre ellas la movilidad sostenible es fundamental para dar el gran paso.
En este sentido el desarrollo de automóviles eléctricos es fundamental, porque estos vehículos no solamente son menos contaminantes sino que además favorecen el ahorro financiero y propician una menor contaminación acústica, ya que sus motores silenciosos no producen el ruido de los tradicionales de combustión.
Antonio del Río Portilla, doctor en Ciencias, sostiene que además de disminuir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), cada kilómetro recorrido en auto eléctrico es de 30 a 40% más barato que el de un vehículo de combustión.
Aunque aún estamos lejos de ver a los autos de combustión relegados en un museo, en Estados Unidos y en Europa hay cada vez más autos eléctricos. Hace una década en México no se fabricaban autos eléctricos y actualmente hay más de una compañía establecida en el territorio nacional con capital y tecnología mexicana. Sin embargo, exportan la mayoría de las unidades debido a los precios altos y falta de información de las ventajas que ofrecen estos vehículos.
Lo cierto es que la tecnología de los automóviles eléctricos avanza con nuevas soluciones encaminadas a abaratar su precio y propiciar el consumo masivo de unidades. No solo las grandes armadoras automotrices se preparan para afrontar este cambio de paradigma: también las universidades y los centros tecnológicos promueven a estudiantes que a través de trabajos de tesis hacen propuestas en movilidad eléctrica.
También hay certámenes universitarios a nivel internacional y laboratorios con esta misma temática centrada en diseño o eficiencia de los autos eléctricos.
En la Facultad de Ingeniería de la UNAM hay varias escuderías o agrupaciones estudiantiles que trabajan en prototipos de vehículos eléctricos, en los que participan más de 100 alumnos de diversas carreras y áreas: mecatrónica, eléctrico-electrónica, industrial y de software, entre otras.
Una de ellas es Dzec (palabra náhuatl que significa “escorpión”), que creó Mictlán, su primer automóvil eléctrico en la categoría vehículo urbano y que compite en Indianápolis este mes en el Shell Eco Marathon Americas 2023. El prototipo fue desarrollado a lo largo de dos años por un colectivo integrado por once jóvenes universitarios de las facultades de Física, Química e Ingeniería.
Contactado por Vértigo, Enrique Gabriel Munive Roldán confía que la escudería Dzec creada en la Facultad de Ingeniería tiene el propósito de ir más allá de la competencia o de la formación de los universitarios en la fabricación de autos eléctricos. “Nuestro objetivo es que también sean capaces de desarrollar y diseñar nuevas tecnologías. Queremos formar a creadores e innovadores que revolucionen con sus ideas el campo de la movilidad eléctrica”.
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Mictlán es un prototipo de 270 centímetros de largo, 125 de ancho y 115 de alto que alcanza los 80 kilómetros por hora. En su armado sus inventores emplearon plásticos PET en las ventanas, fibra de vidrio en la carrocería, aluminio en el chasis y dos motores alimentados por baterías de litio con el fin de que las ruedas traseras giren sin ninguna dificultad.
“Apegándose a las normas establecidas por Shell Eco Marathon logramos un auto urbano funcional enfocado a la mayor eficiencia, al diseño de estructuras que facilitan el flujo del aire y a una electrónica avanzada. Al mismo tiempo, la concreción de Mictlán nos demostró que podemos imaginar, proyectar y culminar felizmente un proyecto de ingeniería tangible, medible y evaluable”, comparte Munive.
Con el objetivo de distinguirse de los otros equipos participantes de la competencia Shell Eco Marathon Americas la escudería de la UNAM optó por resaltar la cultura prehispánica mediante el nombre del vehículo y el diseño de la carrocería, inspirado en la figura del dios Quetzalcóatl.
Cabe considerar que la agrupación Dzec es el primer grupo mexicano en participar con auto urbano en la competencia estadunidense. En ella los universitarios de la Máxima Casa de Estudios confían que la tecnología de Mictlán sea la más eficiente por encima de 39 escuderías de universidades del mundo entero.
Optimizar la energía
Las claves del diseño aerodinámico del biplaza eléctrico son la distribución de pesos al interior de cabina, lo cual le permite presentar menos resistencia al viento garantía de un consumo reducido de energía; y el uso de baterías de litio, que hace de Mictlán una opción amigable con el medio ambiente porque este tipo de vehículos reducen las emisiones de GEI hasta en 40% en comparación con los automotores de combustibles fósiles.
A punto de obtener el grado de doctor en Ingeniería Mecatrónica, manifiesta que los miembros del equipo están muy emocionados de participar en la competencia de Indianápolis, ya que durante dos años se canceló debido a la pandemia. “Por fin vamos a confrontarnos e interactuar con universitarios de otros lugares, lo cual permite intercambiar ideas, opiniones, consejos y aprender más sobre la tecnología que respalda a los autos eléctricos”.
El programa académico global del certamen tiene como centro optimizar la energía: en todas las competencias y categorías se exige a los equipos maximizar el uso de la carga energética. Esto último es inspirador para la escudería de la UNAM porque entre sus planes futuros prevén desarrollar otros modelos de autos eléctricos e incluso probar con hidrógeno. Esto es algo factible gracias a los conocimientos adquiridos en los certámenes y en el laboratorio y taller de diseño de autos eléctricos.
También explica el experto que el concepto desarrollado en la agrupación Dzec no se reduce únicamente al auto Mictlán. “Nuestra misión va más allá, porque también consideramos qué tipo de movilidad eléctrica vamos a promover. Por ejemplo, pensamos que los autos eléctricos o sustentables del futuro deben adaptarse a las necesidades de movilidad concretas, es decir, de cada persona. No es lo mismo una persona cuyos traslados diarios se limitan a 30 kilómetros a otra que requiere de 500 kilómetros”.
De acuerdo con Munive esto último es muy importante porque en la era de los autos eléctricos se deberán seguir líneas de producción muy racionales. Esto se tendrá que implementar de esta forma porque el instrumento más caro de este tipo de vehículos es la batería. “Imagínense el número y las características de las baterías que requerimos para un traslado de 500 kilómetros, la eficiencia que debe tener esta máquina y el tipo de automóvil necesario para desplegar esta energía”.
Considera que la escudería aún tiene mucho camino por recorrer, por lo que ya cuentan con experiencias valiosas respecto de la formación de profesionales capaces de entender la complejidad del auto eléctrico y para imaginar en el futuro el montaje de una fábrica de vehículos sustentables con la capacidad de producir todos los componentes de una unidad incluidos el motor y las baterías con tecnología 100% mexicana.
Hecho en México:
autos eléctricos
• Tesla construirá en México una megaplanta que con-firma el liderazgo del país como el mayor fabricante de vehículos eléctricos en América Latina.
• La fábrica se ubicará a las afueras de la norteña ciudad de Monterrey, Nuevo León, en el municipio de Santa Catarina.
• De acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores, la empresa de Elon Musk in-vertirá cinco mil millones de dólares y podría generar hasta seis mil puestos de trabajo.
• El aterrizaje de Tesla se suma al plan de BMW de invertir 860 millones de dólares en la fabricación de vehículos eléctricos en su planta de San Luis Potosí y a los anuncios de otros gigantes del sector sobre nuevas operaciones para ampliar o iniciar su producción eléctrica.
• Así las cosas, la llegada de Tesla y BMW se suma a las ocho fábricas de vehículos eléctricos que ya funcionan en el país, entre las que figuran gigantes de la industria automotriz mundial como General Motors o Ford.