MÉXICO Y SU (FALTA DE) RELACIÓN CON LOS DEPORTES OLÍMPICOS

“El país no tiene una cultura deportiva diversificada”.

Ignacio Anaya
Columnas
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Deportes olímpicos

Terminaron los Juegos Olímpicos de París 2024 y aquí en México muchos se quedaron con un sabor agridulce por el medallero mexicano, que cabe mencionar no es culpa de los atletas mexicanos. La delegación concluyó su participación con cinco medallas en total: tres de plata y dos de bronce. De tal manera que mejoró su rendimiento con respecto de Tokio 2020 y se igualó el desempeño de Río 2016.

No obstante, con el fin de estas olimpiadas ya serán más de doce años sin que México consiga una medalla de oro. La sequía de la presea dorada ha provocado que surjan cuestionamientos y críticas contra la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y su titular, Ana Gabriela Guevara. ¿Dónde está el apoyo para los atletas? Los testimonios personales de algunos deportistas sobre lo que tuvieron que hacer para llegar a competir en las Olimpiadas generaron fuertes comentarios dirigidos a tal organismo.

Pero haciendo a un lado la mala gestión de la Conade también merece la pena preguntarnos si el apoyo al deporte en México, fuera del futbol, de verdad está presente dentro de la misma sociedad mexicana y otras instancias.

¿Qué tanto se promueve el atletismo en el país? La cuestión va más allá de una sola institución o individuo. La falta de apoyo al deporte en México es un reflejo de una problemática del sistema que involucra a diversos sectores.

Limitantes

En primer lugar, debemos considerar el papel del sistema educativo. A diferencia de otros países donde el deporte escolar y universitario es una parte integral de la formación académica, en México estas actividades suelen ser vistas como secundarias. Muchas escuelas e incluso universidades carecen de instalaciones adecuadas o programas deportivos bien estructurados, lo que limita el desarrollo de talentos desde edades tempranas.

Igualmente, el sector privado juega un papel crucial. Mientras que en otras naciones las empresas invierten en patrocinios deportivos y desarrollo de atletas, en México esta práctica es menos común, concentrándose principalmente en el futbol y dejando el resto de los deportes olímpicos en un segundo plano.

Asimismo, los medios de comunicación tienen una responsabilidad en la promoción del deporte. La cobertura mediática se centra en el futbol, relegando otras disciplinas a espacios marginales. ¿Cuándo nos enteramos del mundial de tiro con arco? Esto, además de afectar la visibilidad de los atletas, también influye en las aspiraciones de los jóvenes.

Todo esto recae en un argumento: México no tiene una cultura deportiva diversificada. No hay programas integrales que fomenten la participación en diversas disciplinas desde edades tempranas, mejoren la formación de entrenadores y ofrezcan apoyo continuo a los atletas en todas las etapas de su desarrollo. El deporte no es una prioridad real para muchos sectores de la sociedad mexicana.

Ciertamente es fácil señalar a una sola institución como responsable de los resultados olímpicos y en parte hay razón detrás de tales señalamientos. La Conade se preocupó más por limpiar su imagen que de darle seguimiento a los atletas. No obstante, es también síntoma de un país al que solo le preocupa el futbol y ni siquiera en el buen sentido, pues en el mejor de los casos la Selección Nacional da una actuación mediocre en los torneos.

A fin de cuentas, el deporte es cómo se presenta un país ante el mundo.