MAL MATRIMONIO, BUEN MATRIMONIO

Mónica Soto Icaza
Columnas
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Mal matrimonio

Un mal matrimonio, una relación de pareja conflictiva, un amor tóxico, te arruinan la vida. Es un desgaste de tiempo, energía y sonrisas que tarde o temprano cobra la factura en años desperdiciados, alegría frustrada, cotidianidad estresante, posibilidades robadas de encontrar a una pareja con quien sí podrías construir, o de gozar de una soltería plena.

Una pareja inadecuada termina por ser una carga mental excesiva, afecta la calidad de vida, el sueño, el apetito y hasta las finanzas. ¿Cómo enfocarte en el trabajo, si te llaman cada media hora para ver qué estás haciendo? ¿Cómo dormir plácidamente si te hicieron un sándwich con drama para la cena? ¿Cómo hablar y actuar con libertad si cada palabra pronunciada, cada mirada o cada movimiento pareces estar bajo la lupa, como en granja de hormigas, en espera de errores?

Resulta que existe la fórmula perfecta para arruinar una relación. La encontraron científicos de las universidades de Washington y Berkeley cuando hicieron un estudio en el que les dieron seguimiento a 75 parejas durante 20 años, iniciando en la juventud —Keltner, D. (2015). The Science of Happiness. Week 2: The Power of Social Connection. Chapter: Romantic Relationships, Family and Friends. BerkeleyX—. De tanto en tanto los llevaban al laboratorio para que hablaran de sus actividades diarias y sus batallas de pareja; así detectaron los comportamientos específicos que predicen, cuando ocurren en una combinación de 92%, quiénes permanecerán juntos y quiénes se divorciarán.

A estos cuatro comportamientos los llamaron Los cuatro jinetes del apocalipsis. Aquí te los comparto por si necesitas poner tus barbas a remojar.

Desprecio o indiferencia Cuando crees que tu pareja no está a tu nivel, la miras hacia abajo y no la dignificas.

Crítica En vez de pensar en elogios y en conversaciones diversas e interesantes, te enfocas más en criticarla, en buscar errores, sacar problemas añejos o pleitos con cualquier pretexto.

Cerrarse o evadirse Sucede cuando, en una decisión unilateral, no quieres hablar más del asunto, te callas y te cierras a la posibilidad de conversar.

Estar a la defensiva Cuando en vez de abrirte a escuchar su punto de vista y analizar si tiene lógica o razón, ya tienes una respuesta crítica a lo que pueda decirte. Y, casualmente, tu pareja siempre está mal.

Acciones

Como no todo es desesperanza, a raíz de estos hallazgos un grupo de científicas de la Universidad de California en Santa Bárbara investigaron cuáles comportamientos hacen que las parejas sobrevivan con felicidad. Les llamaron Llaves para evitar el apocalipsis de la relación. Y son:

El humor Poder reírse, bromear, incluso cuando están en medio de un conflicto muy intenso. El humor aligera la tensión y el estrés aún en un pleitazo.

La gratitud Hacer un trabajo extra de apreciación, aunque sea pequeño, por las maravillas cotidianas que vas normalizando con la convivencia y la costumbre. Los mensajes amorosos y los detalles siempre predisponen de manera positiva.

El perdón Todos cometemos errores. Si perdonas a tu pareja y continúas la vida sin recriminaciones en vez de recordarle algo que hizo en 1950, serán más felices y vivirán con más paz. Y no solo ustedes, sino también su descendencia.

Disposición para validar las emociones de la pareja Si aceptas sin juicios sus emociones en vez de suprimirlas o ignorarlas para no fastidiarte, disminuyes el estrés en la relación, lo que provoca más alegría y más felicidad. A nadie le gusta que le digan que no siente lo que siente cuando lo está experimentando de manera muy real.

Así que ya sabes, a final de cuentas resulta que el amor de pareja no era incondicional, sino una serie de acciones que puedes hacer o dejar de hacer para aniquilarlo o engrandecerlo. De ti depende que sea un ganar-ganar o un perder-perder.