Durante décadas las mujeres avanzaron muy lentamente en la conquista de sus derechos político electorales.
En México y el mundo la voz de ellas, sus necesidades y opiniones estaban relegadas, muy lejos de las mesas de debate, espacios de análisis, tribunas, parlamentos y de los más insignificantes espacios de decisión.
Hace sólo 70 años las mujeres ni siquiera teníamos derecho a votar o a participar por un cargo de elección popular.
Esa ausencia se tradujo por décadas en desigualdad, pobreza, violencia, abusos sexuales y feminicidios, por nombrar algunos de los agravios más presentes, pero en aquellos tiempos menos señalados.
Las mismas historias de ellas siendo minimizadas se escribían una y otra vez en nuestra tierra.
Impostergable
Mujeres que se atrevieron a ser la voz de los intereses de ellas, de las demás, empezaron a abrir brecha. Se prepararon, compitieron y las mujeres se convirtieron en políticas; fueron candidatas; después presidentas municipales, legisladoras, gobernadoras.
El pasado 2 de junio la historia de nuestro México cambió drásticamente. Con una mujer al frente del gobierno federal, así como con el país siendo gobernado por importantes mujeres en los gobiernos locales y municipales, es impostergable aumentar la inversión que hacemos como país en materia de profesionalización política de las mujeres.
Luchar por fortalecer la democracia y difundir la cultura política en México es indispensable.
Los partidos políticos están obligados a destinar, como mínimo, 3% del financiamiento público ordinario que reciben anualmente a la capacitación, promoción y desarrollo del liderazgo político de las mujeres.
Para ello deben realizar la programación anual de los recursos, que pueden ser orientados a tres tipos de proyectos: de capacitación, de investigación y de divulgación. Estos se conocen como Programas Anuales de Trabajo.
La pregunta es: ¿como sociedad realmente revisamos que estos programas anuales de trabajo se cumplan; exigimos al sistema de partidos que ejerza los recursos en favor de las mujeres involucradas en nuestra vida política nacional e incluso internacional?
Urge que estos presupuestos se ejerzan con eficiencia, durante los tiempos indicados por la ley y, sobre todo, que sirvan para mejorar la participación política de las mujeres por todo nuestro territorio nacional.
Es importante promover la participación de ellas para fortalecer la democracia y difundir la cultura incluyente.
Se trata de una obligación que deben cumplir los partidos políticos nacionales y locales para generar conocimientos, desarrollar habilidades y actitudes para el ejercicio político de las mujeres.