LÍQUIDO INDELEBLE INVENTO DEL IPN, CANDADO DE LA DEMOCRACIA

J. Alberto Castro
Columnas
ELECCIONES 2024 TINTA INDELEBLE

Filiberto Vázquez Dávila, maestro en Ciencias con especialidad en Química Analítica, fue el inventor del líquido indeleble (no tóxico) que se ha usado en las elecciones de México desde 1994, y actualmente sigue siendo el jefe de la planta de producción de este importantísimo producto.

Conocido más allá de nuestras fronteras, hablamos de un pigmento especial que además permite acabar con la falsificación de documentos oficiales y la venta clandestina de papeles apócrifos como pasaportes, títulos, cédulas profesionales, certificados, cartillas de servicio militar, facturas o credenciales.

Sin duda, el compuesto químico desarrollado hace 30 años en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) cumple con las expectativas, ya que al aplicar este pigmento en un documento se puede detectar inmediatamente y con exactitud si es apócrifo o no, ya que el líquido emite una luminiscencia especial.

La eficacia del líquido indeleble, inventiva del científico, ha sido comprobada y corroborada en naciones como Nicaragua, Honduras, República Dominicana y Guatemala, mientras que Venezuela y Bolivia estudian la posibilidad de formalizar la compra del pigmentador.

En estos días el genial académico aclara que ante la persistencia del Covid-19 los ciudadanos que emitan su voto pueden estar tranquilos, ya que el líquido no es transmisor del virus SARS-CoV-2 o alguna de sus variantes. Igualmente explica que los componentes del pigmentador indeleble permiten que este se constituya en biocida.

Y es que no se trata de un marcador cualquiera sino de un sellador que cuenta con candados específicos de seguridad mediante los cuales se garantiza que ninguna persona pueda votar dos veces durante los comicios.

Por ello el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó encargar a la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB-IPN) la producción del líquido indeleble, toda vez que fue en dicho complejo en donde se elaboró por primera vez y sigue siendo la entidad que ofrece las mejores condiciones en términos de calidad, oportunidad, infraestructura técnica-humana y experiencia de procesos electorales anteriores.

Si bien la fórmula y producción están a cargo de la ENCB-IPN, es el Departamento de Sistemas Biológicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Xochimilco, el responsable de certificar la calidad del líquido indeleble que se utilizará en las elecciones de 2024.

Una vez que la UAM avala que el pigmentador cumple con las características requeridas, un equipo de trabajo integrado por 30 personas y con el maestro Vázquez Dávila a la cabeza, se encarga de los diversos procesos de producción del líquido indeleble, que van desde la configuración del recipiente, la limpieza y el llenado, hasta la colocación de la punta y sellado, además de su almacenamiento en cajas rotuladas.

Cada plumón contiene 15 mililitros de pigmento y está rotulado con instrucciones de uso, junto con los logotipos del Politécnico, el INE y la ENCB. Cada aplicador tiene una cinta de seguridad que solo puede ser abierta el día de la elección.

El 15 de abril el IPN entregó al INE cerca de 350 mil aplicadores tipo plumón para iniciar su distribución a los 300 distritos electorales del país, que a su vez los repartirán a las más de 170 mil casillas que se instalarán el 2 de junio.

Así las cosas, en las distintas casillas se pigmentarán los pulgares de los mexicanos que asistan a cumplir con su derecho al voto libre y secreto.

En esta ocasión se enviarán también aplicadores de líquido indeleble para utilizarse en las 23 sedes consulares donde los connacionales podrán votar desde el extranjero.

Fórmula

Hace tres décadas el Instituto Federal Electoral (ahora INE) lanzó una convocatoria para crear una tinta o líquido indeleble para las elecciones de 1994. Fue entonces que el químico Vázquez Dávila respondió al llamado sin aún imaginar que su propuesta cambiaría las elecciones en México.

Primero realizó experimentos con alumnos que preparaban sus tesis. Cuando entregó la muestra, en el IFE le dijeron que ya era muy tarde. Entonces les mencionó que la probaran por si les interesaba. El instituto mandó la muestra a varios laboratorios y casi un mes después le notificaron que era el ganador, destacando que tenían otros productos de Inglaterra y Japón, pero el pigmentador del mexicano era el único que no se podía eliminar.

Desde un principio el politécnico esgrimió que el líquido indeleble electoral que él elabora junto con su equipo tiene la innovación de pigmentar el ADN, debido a que es una sustancia que se combina químicamente con las proteínas de la piel y hace que esta quede marcada el tiempo que le tome a las células externas de la piel regenerarse hasta volver a adquirir el color normal.

La clave de su invento es que al colocarse en la piel cambia el color de esta, haciendo que sea imposible borrarlo. Según el inventor la única manera sería eliminando una capa de piel con instrumentos, como un cuchillo o un pelador de papas. El hecho que no pinte es la diferencia fundamental, ya que cualquier tinta no es indeleble, solamente pinta de manera superficial, pero al pigmentar la piel hace una reacción química con la epidermis.

Por estas características del líquido indeleble nadie puede votar más de una vez en la jornada. No importa cuántas veces se lave las manos en agua enjabonada, o si se echa aguarrás, el pigmentador indeleble del IPN es una sustancia que reacciona con el núcleo de las células de la piel, motivo por el cual produce una coloración que solo se quita cuando se descama con el paso del tiempo.

Cuando se usa una tinta comercial en la piel se puede ver una marca superficial; en el caso del pigmentador se mezcla químicamente con el núcleo de las células. Al usarlo en pieles muy suaves la marca puede durar hasta ocho días; en el caso de pieles duras el efecto podría llegar hasta los tres días.

El pigmentador está hecho con base en ácido acético, que le permite poder penetrar la piel, mientras la mitad se evapora. Tiene un olor a vinagre, pero no es tóxico. El líquido tarda 15 segundos en secar.

Un detalle importante es que la fórmula no es la misma para todos los procesos electorales: se va modificando junto con sus colores para asegurar que no se pueda usar en un futuro. El pigmentador no afecta la salud de las personas y en las casillas electorales se aplican porciones de menos de una gota.

La fórmula se trata de un secreto industrial que no se puede patentar, ya que al hacerlo se tendrían que dar los detalles de su elaboración. En muchos artículos, erróneamente y para efectos prácticos, se menciona “tinta indeleble”, pero el propio Vázquez Dávila contundente siempre aclara que la manera correcta de llamar a este pigmento es “líquido indeleble”. Y puntualiza: “No es tinta, porque no pinta”.

En efecto, antes de 1994 lo que usaban era una tinta y la tinta solo se aplica por encima. En cambio, el líquido indeleble penetra en la primera capa de células muertas que tenemos en la piel del dedo pulgar, lo que permite que dure más tiempo la marca.

Pocos saben que dentro de la ENCB, unidad Santo Tomás, el IPN tiene una pequeña fábrica que año con año hace miles de litros de líquido indeleble que se usa para después de votar en las urnas.

En este rincón ubicado en la alcaldía Miguel Hidalgo, con sus más de 80 años, el catedrático Vázquez sigue al frente del proyecto del pigmento indeleble, sin duda, pieza clave para la democracia mexicana por su labor de fabricar un candado más para cuidar el sufragio de millones de personas.

Inventor

El ingeniero bioquímico Filiberto Vázquez Dávila durante más de 40 años ha desarrollado una amplia y destacada actividad profesional y académica en el IPN, así como en empresas particulares en el área de investigación básica y desarrollo de tecnología.

Nació el 22 de agosto de 1943 en Guadalajara, Jalisco. En 1974 estudió Ingeniería Bioquímica en la ENCB del IPN. Obtuvo la maestría en Ciencias con especialidad en Química Analítica en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM). Cursó estudios de Espectroscopia de Compuestos Orgánicos en el Departamento de Química. Desde 1978 es profesor titular C en el IPN.

Es miembro de la Sociedad Química de México. En 1994 obtuvo el premio a la investigación por su participación en el proyecto “Producción biotecnológica de pigmentos y sus aplicaciones a la industria de las artes gráficas”. En 1995 obtuvo el reconocimiento de la ENCB por el desarrollo de pigmentadores de piel. En 1997 la SEP le otorgó la Medalla Maestro Rafael Ramírez. En 2024 cumplió más de 50 años dando cátedra en las aulas y laboratorios de la ENCB.