En el pasado reciente la sequía en el plano nacional se ha recrudecido. Una problemática natural que está alejada del control político y social. La carencia del líquido vital se refleja no solo en la producción del campo y el incremento de zonas áridas.
La gravedad de la situación parece tener como principal referente el nivel de almacenamiento de las presas del país. Pero la necesidad de dar seguimiento a la problemática lleva a ponderar la importancia de instancias como el Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Un elemento fundamental para evaluar la gravedad de lo que acontece en torno a la escasez del agua es que dicho Monitor de Sequía inició en el país en 2002, dentro de las actividades del Monitor de Sequía de América del Norte (NADM, por sus siglas en inglés), y fue en 2014 cuando adquirió carácter nacional.
Esa evolución le permitió emitir mapas de sequía en escala de tiempo diferente a la mensual, siempre basada en la metodología utilizada por el Monitor de Sequía de Estados Unidos (USDM) y el NADM.
A partir de febrero de 2014 la emisión del Monitor de Sequía en México es quincenal. La medición y difusión han permitido dar seguimiento puntual a la evolución de la problemática, en donde el medio ambiente ligado a las precipitaciones pluviales juega un papel fundamental.
Obviamente, en el centro del tema se encuentra el bienestar social e incluso las posibilidades de subsistencia de un amplio número de núcleos sociales, a partir, en primera instancia, de las enfermedades ligadas a la presencia de altas temperaturas y la carencia de agua.
En este sentido, resulta fundamental que la ciudadanía tenga plena conciencia de las dimensiones de la problemática y sus eventuales consecuencias, sobre todo porque a pesar de que en el pasado reciente se han registrado lluvias atípicas, el nivel de las presas no es el ideal, en tanto que es imperativo frenar el crecimiento de zonas áridas en territorio nacional.
Las y los mexicanos deben analizar periódicamente la información sobre el tema a fin de valorar la situación de manera adecuada.
Reporte del monitor
El informe quincenal del Monitor de Sequía, con corte al 15 de marzo de 2025, reporta que más de 600 municipios en México presentan algún grado de falta de agua, principalmente en los estados del norte y centro del país.
Dicho reporte también señala que los estados con 100% de su territorio en condiciones de sequía son Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Sinaloa y Sonora; en tanto que Coahuila y Querétaro registran afectaciones en 60 y 50% de su territorio, respectivamente.
Previamente, a finales de febrero de 2025 se informó que, aunque no había empezado en el país la temporada de estiaje y altas temperaturas, la superficie afectada por la falta de lluvias y escurrimientos creció al pasar de 53.1% a 55.1% en la última quincena.
La situación quedó lejos de la registrada en 2024, cuando para esas fechas 75.4% del país tenía impactos por la sequía.
Además, el reporte estableció que en la primera quincena de febrero de 2025 el ingreso de dos frentes fríos, los número 25 y 26, aunados a la ocurrencia de eventos de Norte, dejaron lluvias por arriba del promedio en zonas de Tlaxcala, Puebla, Veracruz, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche y Quintana Roo.
No obstante, precipitaciones por debajo de lo normal se observaron sobre la mayor parte del territorio nacional.
En ese momento, señala el Monitor de Sequía, “las condiciones secas favorecieron el aumento de áreas con sequía de moderada a excepcional (D2 a D4) en los estados de Sonora, Chihuahua, Durango y Sinaloa; así como el incremento de condiciones anormalmente secas (D0) y de sequía moderada (D1) en regiones de Jalisco, Guanajuato, Querétaro y Tabasco”.
Evidentemente esta información debiera ser del conocimiento y dominio público, a fin de que la población conozca cuál es la evolución de la sequía en el plano nacional, y particularmente en las entidades federativas más afectadas.