LA METAMORFOSIS

Sergio Pérezgrovas
Columnas
LA METAMORFOSIS

La literatura es siempre una expedición a la verdad.

Franz Kafka

Franz Kafka es uno de los escritores más leídos en la corriente del existencialismo y el expresionismo. Es hoy por hoy un referente en cuanto a literatura se refiere.

Cuando alguien quiere describir alguna situación insólita, absurda o incongruente utiliza el término “kafkiano”, puesto que la obra de este autor era conocida por ser sumamente extraña.

Este singular escritor tiene en su haber un sinnúmero de cartas que le escribió a su amada Felice Bauer, con la que nunca se casó porque —dicen las malas lenguas— era un miedoso. Es también el escritor de El Proceso, llevada a la pantalla grande por Orson Welles.

Algunos de los escritores que se vieron influenciados por la obra de Kafka son Jean-Paul Sartre, Albert Camus, Jorge Luis Borges y el ganador del Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.

Kafka nació en Praga, en el seno de una familia judía. Era el mayor de seis hermanos. Dos de ellos murieron a muy temprana edad, antes de que Franz cumpliera los siete. El padre era un ser autoritario, quien educaba a sus hijos con mano dura. La madre quedó relegada a las labores del hogar.

Su padre venía de una familia de carniceros con muchos problemas económicos. Su madre era de una familia más acomodada.

Los estudiosos hablan de la familia de Kafka como una posible influencia de ideología política antiburocrática y de una religiosidad mística o de una reivindicación de minoría etnocultural, mientras otros se centran en un contenido sicológico.

Como sea, lo que es innegable es que sus relaciones personales con su padre, su novia y su hermana tuvieron gran impacto en su manera de escribir.

Antes de morir le pidió a su amigo Max Brod que quemara todos sus escritos, algunos ya publicados antes de su muerte, pero Brod hizo caso omiso y publicó prácticamente todo.

Kafka murió en 1924. Sus conocidos y hermanas decían que era muy simpático y platicador, buen mozo y muy agradable al trato, cosa que no se ve reflejada en sus obras. Para el año de 1915 escribió una de sus piezas más leídas, La Metamorfosis, donde habla de un hombre que se transforma en un insecto gigante. En la novela el protagonista se encierra en su cuarto hasta que muere.

Inenarrable

En el Posada del Sol, un viejo hotel casi derruido en la Doctores, los vecinos comenzaron a escuchar unos ruidos muy extraños al interior del edificio. Llamaron a Tristán, quien no le tenía miedo al miedo. Era el único en la corporación que no creía en supercherías y era más frío que una bolsa de hielo Iglú comprada en las tiendas de conveniencia y en algunas gasolineras.

El hotel había sido realizado por el ingeniero Fernando Saldaña Galván con un estilo de art nouveau. Constaba con 500 habitaciones pero, al poco tiempo de abierto, encontraron el cadáver de su creador colgado de una campana en el patio frente a una escultura de San Francisco de Asís. Fernando Saldaña se había suicidado después de asesinar a su esposa y sus hijos.

Ahí comenzó la debacle del inmueble. Se decía que en cada habitación había sucedido algo inenarrable.

En la habitación 103 murió una niña cuando el edificio era sede de IDECO, una guardería. Tris entró en el recinto, observó el deterioro del tiempo en sus paredes y vio que había una especie de altar a la niña muerta, con dulces y juguetes. Él conocía la historia.

Al final de uno de los pasillos había una habitación iluminada por un farol de la calle de atrás. Tenía un aspecto siniestro y de ahí provenían los ruidos que no dejaban dormir a los vecinos de la zona. Tris sacó su Glock y caminó sin hacer mucho ruido. Comenzó a escuchar como si algo o alguien rascara en las paredes y masticara huesos.

Tris se acercó y se detuvo en el dintel de la puerta. Alcanzó a ver cómo una gran cucaracha se comía los restos de un perro. Disparó su Glock y el animal cayó al instante, pero trató de alcanzar a Tris, que volvió a accionar su arma. La bestia quedó inmóvil. Cuando llegaron los peritos, no daban crédito del tamaño del insecto. Tris recordó que su papá le había leído de pequeño el libro de Franz Kafka.