Si en Acapulco se tuvo un torneo de primer nivel de la ATP, en Mérida se vivió una fiesta similar con un certamen de la WTA: con varios de los mejores tenistas del mundo, tanto en el torneo varonil como en el certamen femenil, en estos días se celebraron ambos eventos al mismo tiempo que pusieron al país en el epicentro del tenis mundial.
El Abierto Mexicano, celebrado del 24 de febrero al 1 de marzo en Acapulco, demostró que sigue más firme que nunca pese a los retos logísticos que dejaron el paso de los huracanes Otis (2023) y John (2024). Para la edición 2025 entregó uno de los draws de jugadores más competitivos de los últimos años.
En un inicio el torneo mexicano ATP 500 había logrado la convocatoria de cuatro jugadores top ten del ranking, aunque poco antes del sorteo se anunció la baja por lesión del estadunidense Taylor Fritz (cuarto del mundo). El alemán Alexander Zverev (2), el noruego Casper Ruud (5) y el estadunidense Tommy Paul (9) fueron los encargados de darle lustro a la edición 32 del certamen guerrerense.
Este cuadro tuvo a siete tenistas top ten, con lo que superó al draw del torneo de Dubái, que siempre coincide con el Abierto Mexicano. La mejor raqueta del certamen asiático fue el ruso Daniil Medvedev, siete del mundo, pese a que siempre ha contado con bolsas más atractivas.
Con una infraestructura más recuperada respecto de los últimos dos años, Acapulco alojó entradas importantes en la Arena GNP. El complejo inaugurado en 2022 ha demostrado ser un gran coloso que en tan poco tiempo ya suma dos huracanes soportados, uno de categoría tres y otro de categoría cinco. Sin embargo, se mantiene como el recinto más importante para el tenis profesional en el país.
Ellas
A la par, el Mérida Open celebró su tercera edición del torneo del 24 de febrero al 2 de marzo, con un cuadro originalmente de cinco jugadoras en el top 20 del ranking femenil. Lamentablemente, la rusa Anna Kalinskaya dio baja por enfermedad en el primer día del certamen.
A esta baja se le sumó la de la mexicana Renata Zarazúa por lesión en singles. No obstante, el torneo mantuvo una gran presencia en sus tribunas desde el Yucatán Country Club. La afición cada vez se identifica más con este torneo y empieza a ganar un espacio dentro de la gira de la WTA.
Junto al ATP 250 de Los Cabos y los WTA 500 de Monterrey y Guadalajara, México es el epicentro del tenis profesional en América Latina. Si bien se saca ventaja de la cercanía geográfica con los grandes torneos en Estados Unidos, también es consecuencia del gran nivel de organización que mantienen los promotores mexicanos del deporte blanco.
La afición es de igual manera pieza clave de este éxito, ya que asiste a estos grandes torneos sin la necesidad de tener una raqueta nacional en la élite. Incluso pasan las décadas sin que se tenga a un representante peleando por algún título y eso sigue sin ser un factor decisivo para llenar las butacas.
Ojalá un día los jugadores tricolores que reciben en cada edición de estos torneos una wild card para poder participar canalicen este fogueo único para escalar en sus respectivas carreras y disfrutemos de un tenista local peleando por el título en casa.