Con solo 23 años, Karol Aceves Flores es una fuerza de cambio en el ámbito de la educación sexual en México: al darse cuenta de la magnitud de la desinformación sexual, la también emprendedora creó Mi’Kobol, proyecto que se centra en proporcionar un espacio seguro para que los jóvenes aprendan y se comprometan con la educación sexual.
Recientemente, gracias a su proyecto, fue reconocida por la iniciativa global The Rose Project para mujeres pioneras en su ramo.
—¿En qué consiste su proyecto?
—Mi’Kobol lo creamos unos amigos y yo hace cuatro años. Surgió de la idea de mejorar la educación sexual en México. Realizamos una investigación y nos dimos cuenta de que nuestro país está en “el hoyo” en cuanto a la educación sexual. Vaya, vimos que solo se brinda información sobre anticonceptivos y abstinencia, pero no es una educación sexual integral, más bien es una educación con base en el miedo.
Por ejemplo, dice, “de acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS) cada año se producen más de 100 millones de infecciones de transmisión sexual. Ese porcentaje es mayormente entre jóvenes de 15 a 19 años. A esto súmale que solo 20% de los mexicanos recibe este tipo de educación sexual”.
Añade: “Yo crecí con estas dudas, con estos estigmas. Por ejemplo, que la menstruación es sucia. O que no se debe hablar sobre relaciones sexuales. No puedes hablar de estos temas, pero siguen existiendo dudas. Entonces recurres a internet o amigos, que muchas veces están más desorientados que tú. La consecuencia son embarazos no deseados”.
Legado
Aceves admite que “no soy experta, pero junto con mi equipo empezamos a entrevistar a especialistas: ginecólogos, sexólogos, urólogos. Y decidimos crear una metodología asertiva para apoyar a los jóvenes a entender la educación sexual integral, que incluye entre otros temas intimidad, erotismo, género… Empezamos un proceso de reeducación. Nos quitamos esos estigmas con los que crecimos. Y ahora sí: nos preparamos como educadores sexuales. Ese fue el camino. Lo que hacemos es bajar toda esta información que nos brindan los especialistas a un lenguaje más coloquial, de tal forma que niñas, niños y jóvenes puedan recibirla a través de juegos, dinámicas y otros formatos. Trabajamos por cambiar las narrativas con las que se ha enseñado la educación sexual en el país”.
—¿De qué forma la educación sexual empodera a las jóvenes e incluso a las niñas?
—La información es un chaleco salvavidas que te ayuda a no ahogarte en este mar de incertidumbre. Nos empodera para vivir una vida plena, sin miedos, sin tabúes y sin estigmas. Porque a lo largo de los años la menstruación o el placer han sido estigmas, sobre todo para las mujeres. Por ejemplo, durante muchas décadas, incluso siglos, hablar de placer era solo un derecho para los hombres; una mujer no debía hablar de placer; debía hablar de maternidad. Ahora realmente nosotras podemos decidir. La información nos empodera para tomar decisiones sobre nuestro cuerpo y vida desde nuestra propia perspectiva y no desde la perspectiva del miedo o de otras personas que quieren que nosotras hagamos otras acciones.
—¿Qué significa para usted ser reconocida por The Rose Project?
—Me parece increíble que The Rose Project haya juntado a todas estas mujeres y les reconozca y dé visibilidad para ellas y sus proyectos. Realmente creo que estoy honrando el legado de mi abuela, porque ella era una mujer que no se detenía, una mujer que nos enseñó a no dar el mínimo esfuerzo, sino siempre dar lo mejor de nosotros mismos. Por ello me hace mucho sentido esta convocatoria que reconoce a mujeres pioneras.