Quienes siguen de cerca la política en Estados Unidos saben que el candidato a la vicepresidencia por el Partido Republicano, James David Vance, ha estado haciendo eco sobre la migración y el “problema mexicano”.
Un sujeto que se enorgullece y se lamenta de su formación dentro de la cultura hillbilly en las montañas Apalaches representa, o al menos eso se adjudica, a la clase trabajadora blanca, un sector importante del voto para Donald Trump.
En sus discursos y escritos menciona la adicción a las drogas como uno de los principales males en las comunidades rurales de EU, incluida la suya. En lugar de entender la complejidad de dicha problemática se sirve de ella para buscar culpables. Para él, México y China son los causantes de la crisis del fentanilo que vive su país. Es más sencillo manejar una retórica contra el otro frente a los votantes, especialmente porque él sabe que puede utilizarla para posicionarse como defensor de la nación contra las amenazas de fuera.
En 2022 Vance publicó un video en su campaña para senador en el cual, frente a la cámara, decía lo siguiente: “¿Eres racista? ¿Odias a los mexicanos? Los medios nos tachan de racistas por querer construir el muro de Trump. Nos censuran, pero eso no cambia la verdad: la frontera abierta de Joe Biden está matando a los habitantes de Ohio con más drogas ilegales y con más votantes demócratas que llegan a este país”.
Ya muchos sabemos que no es un discurso nuevo en la política estadunidense. Trump nos recordó eso en sus primeras elecciones. No obstante, ahora que la migración está siendo uno de los principales temas en las campañas, no es raro que cobren fuerza las categorías y los calificativos contra México. Al mexicano se le vincula con el narcotráfico y con un lugar común donde destacan la violencia, el crimen y la pobreza. Ese es el mundo del que provienen los migrantes, según Vance. Igualmente, la dificultad de asimilar a la comunidad mexicana en su totalidad ha sido un recurso retórico por parte de la extrema derecha estadunidense para impulsar sus actitudes y acciones políticas en la frontera sur.
Cruz
No es solo el discurso de un bando: es también cómo los medios de comunicación tratan el tema de México y las drogas. Es la cruz que carga la comunidad mexicana en EU.
Durante la revolución la categoría de “bandido” se utilizaba ampliamente para categorizar al mexicano y justificar actos de violencia contra las y los mexicanos en estados como Texas. Ahora merecería la pena reflexionar si ocurre algo similar (hay actitudes que se mantienen, pero la historia no se repite) con “narcotraficante” o “ilegal” y las ideas que no unos pocos tienen de realizar deportaciones masivas e incluso de enviar tropas a México.
La demonización del “otro” ha sido una herramienta política recurrente. En el caso de México y su gente esta narrativa ha persistido con variaciones a lo largo del tiempo en EU. Estas propuestas no surgen en el vacío sino que se alimentan de una larga historia de tensiones y percepciones entre ambos países.
A medida que avanza el ciclo electoral es probable que estos temas continúen ocupando un lugar central en el debate público. Y J. D. Vance será uno de sus principales portavoces.