La elección de mil 600 ministros, magistrados y jueces en el ámbito federal y de más de cinco mil 500 en los tribunales de 32 estados de la República no es la solución para mejorar la aplicación de la justicia.
Esta es la experiencia internacional: en Estados Unidos, Suiza y Filipinas algunos jueces son elegidos por el voto popular, bajo extremosos controles de conocimientos, probidad y trayectoria judicial, para su propuesta y posterior candidatura. Evitan, con candados en las leyes, que lleguen los simpáticos y los blindan para evitar que grupos de poder político o criminal puedan impulsar a algún candidato.
Este mecanismo no democratiza la justicia. “Democratización de la justicia” es una expresión demagógica y peligrosa que llevó al caos a muchas naciones, como los momentos finales de la Revolución Francesa, que hablaba de la igualdad, la fraternidad y la libertad.
Solo en Bolivia se elige a todos los jueces y magistrados, pero su fracaso es reconocido por el mismo ministro de Justicia, Iván Lima, debido a la monumental corrupción y la influencia de los miembros del partido de Evo Morales en las decisiones jurídicas. Con esto, aunado al oficialismo de un organismo llamado Defensoría del Pueblo Estado Plurinacional de Bolivia, los derechos humanos de los bolivianos son letra muerta.
Entre los vicios que agudizaron la injusticia en ese país sudamericano está la grave corrupción, que afecta a todos los niveles del sistema judicial boliviano; desde sobornos hasta influencias indebidas en decisiones judiciales, ha minado la confianza pública en la imparcialidad del sistema.
Por si fuera poco, los procesos judiciales son notoriamente lentos y llevan años en resolverse. Por ello no hay justicia pronta, expedita y oportuna. Todo lo contrario. Los jueces están enfocados a servir a sus patrocinadores, que son los caciques y políticos. La justicia, finalmente, está sometida por la impunidad.
Otro factor de corrupción: aunque la Constitución boliviana garantiza la independencia judicial, en la práctica la influencia política en las decisiones judiciales y en la designación de jueces es insultante, lo que socava la imparcialidad del sistema.
Por si fuera poco, el acceso a la justicia es desigual. Los principales afectados son los más pobres, que no tienen “palancas” en el gobierno. Esto contribuye a su exclusión de la protección legal.
Además, las cárceles están sobrepobladas, principalmente por perseguidos políticos del actual presidente Luis Arce y del cacique presidencial Evo. Los presos duermen parados, hacinados, maltratados y casi sin alimento por falta de recursos. De rehabilitación, ni hablar.
En México se necesita modernizar al Poder Judicial, pero con jueces, magistrados y ministros de alta especialidad, comprometidos con la justicia y sin lazos con políticos que destruyen la prosperidad y libertad del país.
Dinero
Ante una sorprendente demanda de chips en la industria tecnológica, Nvidia —que lidera Jensen Huang, un taiwanés nacionalizado estadunidense, de gran visión en los negocios de la computación— crece en los mercados accionarios internacionales. Nvidia diseña unidades de procesamiento de gráficos, interfaz de programación de aplicaciones para ciencia de datos y computación de alto rendimiento, así como unidades de sistema en chip para la computación móvil y el mercado automotriz. Huang es un visionario y líder excepcional que impulsa a esa empresa a la cima de la industria tecnológica. Su dedicación lo ha convertido en una figura clave en el mundo de la Inteligencia Artificial (IA).
Responsabilidad Social y Gobernanza Al inaugurar su primera flagship boutique en Latinoamérica, en la Ciudad de México, George Kern, CEO de Breitling, firma de relojes de alta gama de manufactura suiza, ve las bases del nuevo lujo en la sostenibilidad, el respeto al medio ambiente. Para ello se abastecen de oro artesanal y diamantes cultivados en laboratorios, envases reciclados y correas sostenibles. Breitling celebra 140 años y lanzará nuevos modelos en el Geneva Watch Days de agosto próximo en Zúrich, Suiza.