INFLACIÓN Y DINERO REAL

“Todo este bienestar está condicionado por el aumento del ahorro”.

Guillermo Fárber
Columnas
Inflación y dinero real

“Todos los partidos políticos y grupos de presión protestan diciendo que se oponen a la inflación. Pero lo que realmente quieren decir es que no les gustan las consecuencias inevitables de la inflación, es decir, el aumento del costo de la vida.

“En realidad, están a favor de todas las políticas que necesariamente provocan un aumento de la cantidad de los medios de circulación. Piden no solo una política de dinero fácil para hacer posible el interminable aumento salarial de los sindicatos, sino también más gasto público y, al mismo tiempo, una reducción de impuestos mediante el aumento de las exenciones.

“Engañada por el espurio concepto marxiano de los conflictos irreconciliables entre los intereses de las clases sociales, la gente asume que los intereses de las clases adineradas son los únicos que se oponen a la demanda de los sindicatos de aumentar los salarios. De hecho, los asalariados no están menos interesados en el retorno a la moneda sana que cualquier otro grupo o clase.

“En los últimos meses se ha hablado mucho del daño que los funcionarios fraudulentos han infligido a los miembros del sindicato. Pero los estragos causados a los trabajadores por el excesivo aumento salarial de los sindicatos son mucho más perjudiciales.

“Sería exagerado afirmar que las tácticas de los sindicatos son la única amenaza para la estabilidad monetaria y para una política económica razonable: los asalariados organizados no son el único grupo de presión cuyas reivindicaciones amenazan hoy la estabilidad de nuestro sistema monetario. Pero son el más poderoso y el más influyente de estos grupos y la responsabilidad principal recae sobre ellos”.

La importancia de una política monetaria sólida

“El capitalismo ha mejorado el nivel de vida de los asalariados hasta un punto sin precedentes. La familia media estadunidense disfruta hoy de comodidades con las que hace solo 100 años ni siquiera soñaban los nabobs más ricos.

“Todo este bienestar está condicionado por el aumento del ahorro y del capital acumulado; sin estos fondos que permiten a las empresas hacer un uso práctico del progreso científico y tecnológico el trabajador norteamericano no produciría más y mejores cosas por hora de trabajo que los coolies asiáticos, no ganaría más y, como ellos, viviría miserablemente al borde de la inanición.

“Todas las medidas que, como nuestro sistema de Impuestos Sobre la Renta y de Sociedades— pretenden impedir una mayor acumulación de capital o incluso la desacumulación de capital, son por tanto prácticamente antilaborales y antisociales”.