HUMILDAD POLÍTICA

Daniela Suárez
Columnas
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Humildad

Si no levantas los ojos, creerás que eres el punto más alto.
Antonio Porchia

En ocasiones puede ser difícil mantener los pies en la tierra. Es decir, es común que tengamos ego, que nos guste sentirnos importantes, que creamos que estamos bien informados y en ocasiones hasta nos es crucial dar a conocer o compartir con los demás nuestras preferencias políticas con el afán de descubrir quién piensa igual que nosotros versus quién no.

Y a decir verdad, ¿a quién no le gusta dar a conocer su opinión política? Quizá con el afán de crear polémica o con la idea de ver quién está del otro lado.

Ahora, un nuevo estudio publicado en The Journal of Positive Psychology sugiere que las personas no tienen que minimizar sus creencias políticas para ser consideradas de mente abierta.

Unos investigadores descubrieron que la humildad intelectual, es decir, la capacidad de reconocer los límites del propio conocimiento, no tiene relación significativa con la firmeza de las opiniones políticas.

Al mismo tiempo, el estudio reveló una pequeña asociación entre la humildad intelectual y una orientación política más liberal.

El estudio fue motivado por el creciente interés en cómo la humildad intelectual puede ayudar a las personas a relacionarse de forma más constructiva con quienes tienen opiniones políticas opuestas.

Investigaciones anteriores demuestran que las personas intelectualmente humildes son más propensas a buscar información política precisa, son menos propensas a desestimar las opiniones de los demás y tienden a entablar debates políticos más respetuosos.

Pero de acuerdo con los expertos aún hay incertidumbre, por lo que se cuestionaron: ¿las personas que muestran más humildad intelectual son menos polarizadas? ¿Se trata simplemente de personas con convicciones políticas más débiles o menos comprometidas ideológicamente? Para explorar estas preguntas los investigadores realizaron un análisis a larga escala, utilizando nueve encuestas diferentes entre casi tres mil 250 participantes en Estados Unidos.

Medidas

Estas encuestas se habían recopilado a lo largo de dos años e incluían a personas con distintas ideologías políticas.

Los investigadores utilizaron dos medidas de humildad intelectual bien establecidas. La primera medía la humildad a través de frases como “acepto que mis creencias y actitudes puedan estar equivocadas”. La última medida utilizó una escala más detallada y multidimensional que incluía rangos sobre la apertura a la revisión de las propias opiniones, el respeto por los puntos de vista de los demás y la evasión del exceso de confianza.

En la muestra más amplia el equipo encontró que la humildad intelectual tenía una relación negativa muy débil con la fortaleza de las creencias políticas, pero el tamaño del efecto era tan pequeño, que probablemente solo era estadísticamente significativo debido al gran número de participantes.

En la muestra más pequeña, en la que se utilizaron medidas más detalladas, no se observó ninguna relación significativa entre la humildad intelectual y la fuerza con la que las personas mantenían o moralizaban sus creencias políticas. Esta conclusión sugiere que la humildad intelectual no es lo mismo que el distanciamiento político. Las personas pueden estar firmemente convencidas de sus posiciones políticas y al mismo tiempo estar abiertas a la posibilidad de que puedan estar equivocadas. En otras palabras, la convicción y la humildad no se excluyen mutuamente.

Los resultados apoyan la idea de que la humildad intelectual tiene menos que ver con la duda o la indecisión y más con la forma en que las personas se relacionan con sus propias creencias: reconocer la posibilidad de error sin descartar automáticamente sus puntos de vista.

Si bien este estudio tiene varias limitantes, la idea de que tener humildad intelectual nos puede hacer un poco más libres de pensamiento y abiertos de mente no me suena como algo negativo.

Y tú, ¿te consideras intelectualmente humilde?