Como cada año en estas fechas ya se vislumbra en el horizonte una temporada crucial, determinante: estamos en época de presupuesto y en unos días la Cámara de Diputados discutirá el Paquete Económico 2025. Con ello viene la oportunidad de reafirmar el compromiso con los derechos y el bienestar de millones de mexicanas.
En nuestro país el indignante y a la vez doloroso promedio de once mujeres asesinadas cada día nos recuerda que se trata de un tema impostergable. Sin una asignación de recursos sólida para combatir la violencia de género y el feminicidio no podremos hablar de una verdadera justicia social.
Resulta imperativo también apoyar la autonomía financiera de las mujeres en sectores estratégicos, donde su participación puede ser un motor de desarrollo y transformación económica. Esto no solo promueve la igualdad, sino que fortalece nuestra economía.
Cada peso invertido en programas de capacitación y financiamiento para proyectos liderados por mujeres genera un impacto positivo en el desarrollo regional y en el tejido social de sus comunidades.
Acciones
Los presupuestos con perspectiva de género no son un lujo ni un anhelo idealista: son una necesidad para enfrentar las desigualdades que limitan a las mujeres.
México ha dado pasos importantes en la planeación de presupuestos con enfoque de género, en colaboración con organismos como ONU Mujeres y el Instituto Nacional de las Mujeres. Sin embargo, se requiere que estos recursos sean suficientes y sostenibles para que los programas de igualdad generen un impacto real sobre todo en zonas marginadas.
Hoy las y los legisladores tienen en sus manos la posibilidad de convertir los discursos en acciones concretas, reafirmando su compromiso con la seguridad, la autonomía y el desarrollo de más de 67 millones de mexicanas.
Se dice una y otra vez que estamos viviendo un “tiempo de mujeres”, pero sin presupuesto suficiente cualquier política pública se convierte en letra muerta. Nuestros legisladores tienen una responsabilidad histórica durante el inicio de esta LXVI Legislatura.
En un país donde la titularidad del Ejecutivo la ostenta una mujer, más que nunca se deben destinar recursos suficientes para los temas que afectan e importan a las mujeres.
Vivimos en un México muy distinto al que vivían nuestras madres y abuelas; hace apenas 70 años las mujeres no podían votar ni participar en los procesos electorales. Hoy, en una nación con presidenta, gobernadoras, legisladoras, alcaldesas, presidentas municipales y mujeres participando en la construcción de políticas públicas con un enfoque social, debemos ver una diferencia real y tangible.
Un México más justo, empieza por el presupuesto. No debe olvidarse en San Lázaro que sin recursos no hay igualdad para las mujeres.
Aquí estaremos revisando los avances de este importante tema.