HISTORIA DE DOS ECOSISTEMAS: BANDCAMP VS. SPOTIFY

Pablo Reyes
Columnas
nota (4).jpg

Spotify y Bandcamp no podrían ser más opuestas: mientras la primera destaca una serie de listas de reproducción en su plataforma, la mayoría de las veces de su propia creación, la segunda presenta el álbum entero o cualquier otro formato según lo determine el artista.

Spotify paga regalías de acuerdo con fórmulas poco entendidas que solo pueden analizarse mediante cálculo inverso. Bandcamp permite a los artistas y sellos elegir sus propios precios.

Mientras la primera plataforma requiere trabajar por medio de un número limitado de distribuidores para acceder a sus servicios, la segunda está abierta a cualquier persona.

Spotify tiene flujos de ingresos que dependen de anuncios y otros datos. Bandcamp opera con una participación de ingresos simple con los artistas y no recopila información sobre sus usuarios.

En síntesis: Spotify beneficia a los sellos discográficos y corporativos que han lucrado con el talento de los artistas durante décadas y Bandcamp apoya a los artistas directamente.

Lo mismo ocurre con Apple Music y con muchos otros de los servicios de streaming que generan listas de reproducción “a nuestro gusto” con base en algoritmos que operan anunciantes y que en realidad son la nueva fórmula de la industria discográfica con todo y payola incluida.

Si es usted consumidor asiduo de música y le gusta apoyar a artistas independientes será importante que reconsidere su relación con dichos servicios de streaming. Y es que aun cuando parecen inofensivos y nos proveen de enormes catálogos musicales a tan solo un clic, la realidad es que explotan a los artistas y mantienen prácticas empresariales predatorias.

Principio

Hoy Spotify tiene un valor estimado de 54 mil millones de dólares en el mercado de valores a pesar de que nunca ha mostrado una ganancia anual. Bandcamp es de propiedad privada y está en números negros desde 2012, aun cuando continúa creciendo lentamente. Se podría decir que el primero es mejor negocio y está más alineado con el siglo XXI mientras el segundo pareciera pertenecer a una época anterior.

Sin embargo ninguno de los dos podría existir en ningún otro momento de la historia. Lo cual nos lleva a plantearnos la siguiente pregunta: ¿será que nuestro modelo empresarial del siglo XXI realmente tiene que parecerse tanto a Spotify y tan poco a Bandcamp?

El director ejecutivo y cofundador de Bandcamp, Ethan Diamond, señaló en una reciente entrevista para NPR que ve a Bandcamp “como una compañía de música porque servimos, ante todo, al artista”. Y es que para él la mejor manera de servir a los artistas es mediante la tecnología, “pero definitivamente somos diferentes a muchas empresas digitales porque nuestra misión como empresa es bastante única”.

En un artículo de The New Yorker se relata cuando el artista Prince trabajaba en su autobiografía, justo antes de morir y en una de las reuniones iniciales con su coautor, dijo: “La música es curativa. Escribe eso primero”.

Y es muy significativo que Prince quisiera que este fuera el principio rector que usaran en el libro. Así, pues, si partimos de la idea de que la música es curativa podemos decir que entonces debería estar en manos de todos los que tienen el talento para ejercerla. Y para Ethan Diamond eso es Bandcamp: “Creo que estamos aquí para construir ese ecosistema. La forma en que lo hacemos es asegurándonos de que los artistas reciban una compensación justa y transparente por su trabajo. Y eso es por medio del apoyo directo de sus fans”.