Las lenguas de señas son puentes que conectan mentes, pero a menudo estos puentes se encuentran fragmentados: mientras que las personas sordas utilizan las señas como su lengua materna para comunicarse, interactuar y construir relaciones, la falta de reconocimiento y acceso a la enseñanza de estas lenguas crea barreras significativas.
En México la Lengua de Señas Mexicana (LSM) es un tesoro lingüístico que merece ser valorado y difundido. Sin embargo, su uso sigue siendo marginal, limitando la plena participación de las personas sordas en la sociedad.
Héctor Roberto Hernández Jiménez, un joven estudiante de Ingeniería en Robótica Industrial, revoluciona la comunicación de las personas sordas con su innovador dispositivo: el Signal Glove.
Este guante funciona de manera intuitiva, permitiendo al usuario comunicarse de forma natural a través de señas, las cuales son traducidas en tiempo real a texto en una pequeña pantalla. La clave de su funcionamiento reside en una combinación de hardware y software de última generación que permite una traducción precisa y rápida.
A diferencia de otros prototipos, el Signal Glove destaca por su diseño compacto y su fabricación con materiales resistentes y económicos, lo que lo convierte en una opción viable para un amplio público. Además de su utilidad para personas sordas, este dispositivo tiene un gran potencial en el ámbito educativo, empresarial y gubernamental, promoviendo la inclusión y la accesibilidad.
Más de 430 millones de personas alrededor del mundo enfrentan los desafíos de la pérdida auditiva severa. En México esta cifra supera los dos millones. El invento de Hernández ofrece una solución innovadora y accesible, transformando la vida de millones y demostrando el poder de la tecnología para construir un mundo más inclusivo.
El guante traductor representa un hito en la intersección de la tecnología y la inclusión. Su diseño, que combina la sensibilidad de los giroscopios con la eficiencia de la transmisión Bluetooth, trasciende las limitaciones de sistemas anteriores con base en sensores flex y resistencias. Esta innovación no solo facilita la comunicación entre personas sordas y oyentes, sino que también redefine la manera en que concebimos las interfaces hombre-máquina.
Al hacer tangible la lengua de señas el guante no solo traduce signos a texto sino que visibiliza una lengua rica y compleja, contribuyendo a romper barreras y promover la diversidad lingüística.
Aprender y evolucionar
El reconocimiento obtenido por Hernández en el James Dyson Award México 2024 es un testimonio del impacto social de su invención. Este joven talento mexicano demuestra que la tecnología puede ser una herramienta poderosa para mejorar la vida de las personas y construir un futuro más inclusivo.
Alumno de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), unidad Azcapotzalco, vislumbra un futuro donde el Signal Glove trascenderá su función actual como un simple traductor de señas. Al integrarse con dispositivos móviles y aprovechar las capacidades de la Inteligencia Artificial (IA) el guante se transformará en un asistente personal que se adapta a las necesidades individuales de cada usuario. Imagine poder dictar mensajes de texto, realizar llamadas o controlar dispositivos domésticos inteligentes directamente con sus señas.
La combinación de algoritmos avanzados y redes neuronales permitirá al guante aprender y evolucionar, reconociendo patrones de lenguaje y adaptándose a diferentes estilos de comunicación. Esta personalización no solo facilitará la interacción, sino que también enriquecerá la experiencia del usuario, creando una conexión más profunda entre la tecnología y el individuo.
Además, este creativo de la robótica invita a la comunidad a ser parte de esta emocionante aventura tecnológica. Al compartir sus avances a través de las redes sociales el inventor crea un espacio de colaboración donde los usuarios pueden compartir sus experiencias, sugerencias e ideas. Esta apertura al diálogo y la cocreación es fundamental para el desarrollo de tecnologías inclusivas. Al involucrar a la comunidad sorda en el proceso de diseño y mejora del Signal Glove se garantiza que el dispositivo responda a las necesidades reales de sus usuarios y se convierta en una herramienta verdaderamente útil y transformadora.
Lengua viva
La comunicación es un derecho humano fundamental y la LSM es una muestra de la diversidad lingüística de nuestro país. Desde gestos sutiles hasta expresiones faciales elaboradas, la LSM es mucho más que un simple sistema de signos: es una lengua viva, en constante evolución, que refleja la rica cultura y las experiencias de la comunidad sorda. La decisión de Benito Juárez de establecer una escuela para sordos en 1861 fue un primer paso hacia la inclusión, aunque queda todavía mucho por hacer para garantizar que todas las personas sordas tengan acceso a una educación de calidad en su lengua materna.