Si hay algo seguro en la vida, si la historia nos ha enseñado algo, es que se puede matar a cualquiera.
Al Pacino en El Padrino
El origen de la palabra gang proviene del antiguo nórdico gangr, que significa “viaje”, y este del germánico que quiere decir “marcha”. Pero el origen de la palabra gánster se dio en Estados Unidos en un inicio como respuesta violenta a la aprobación de la enmienda XVII de la Constitución de ese país del 29 de enero de 1929, donde se hacía pública la “ley seca”: estaba prohibido elaborar, transportar o vender bebidas alcohólicas.
Esta fue la razón por lo que los gánsters hicieron de la venta de alcohol su actividad principal. Se organizaron con acciones terroristas, muchas veces con sobornos a las autoridades que eran corruptas (no todas, pero casi, como aquí en México), sobre todo en ciudades grandes como Chicago y Nueva York, donde fueron realmente una plaga.
Con la enmienda XXI a la Constitución el fenómeno gansteril comenzó a diluirse, pero no del todo.
Hoy en día se refiere en inglés a un criminal de carrera, porque en el idioma de Shakespeare gang significa “banda”, así que generalmente es una pandilla callejera que tiene el control de las calles por medio de la violencia y la coerción.
Los primeros y más famosos gánsters son Al Capone (Chicago) y Lucky Luciano, considerado como el primer “Don” de la moderna familia Genovese y la Cosa Nostra.
Hay dos gánsters que ya mencionamos hace algunos años: me refiero a los hermanos Kray: Reggie y Ronnie. Ellos vivían en Inglaterra y copiaron allá por los sesentas el esquema de los grandes traficantes, asesinos gringos. Provenían de un entorno pobre en el East End de Londres. Al principio tenían peleas callejeras, robos y otras monerías, pero con el tiempo desarrollaron mucha violencia y comenzaron a controlar los clubes nocturnos, apuestas ilegales y otros actos delictivos. Su máximo enemigo fue Charlie Richardson, quien era despiadado en el sur de Londres, pero los Kray lo vencieron y se quedaron con todo el territorio.
Pero la cosa no paró ahí sino que se asociaron con la mafia norteamericana, que buscaba expandirse a La Habana y Londres. Los Kray se convirtieron en figuras importantes de la sociedad londinense, donde reunían en sus clubes a mafiosos con gente adinerada, de la farándula y boxeadores.
Conocían, entre otros, a Frank Sinatra, Peter Sellers, Joan Collins, Judy Garland y muchos más.
Ronnie era homosexual declarado (o sea que le gustaba el arroz con popote), pero muy violento; lo acusaron de asesinar de un balazo en la cabeza a su rival George Cornell.
Mientras, su hermano se casó con una lugareña del East London llamada Frances Shea, quien terminó por suicidarse. Reggie fue acusado a su vez de matar a su compinche en una fiesta de Navidad a cuchilladas. Él murió en prisión en 2000, a los 66 años. Ronnie Kray murió también en prisión en 1995, cuando tenía 65 años, los dos de enfermedades cardiacas.
Hay varias películas y documentales sobre la vida de estos gánsters, pero destaca la actuación de Tom Hardy interpretando a los dos mafiosos con una buena producción titulada Leyenda de 2015; la encuentran en las plataformas.
Los hermanos
En la localidad mexicana de Neza había una banda de malandros que encabezaban dos hermanos que gustaban de vestirse bien. Se llamaban Ramiro y Rodrigo. El segundo era declaradamente homosexual y le gustaba mamar pito, pero luego si le caías mal te lo cortaba con un cuchillo y lo introducía en la boca de sus enemigos hasta ahogarlos. El otro, Ramiro, también era muy violento, pero estaba casado con una de las lugareñas llamada Francia, que acabó suicidándose por las madrizas que su marido le ponía.
Tris no se metió en el asunto hasta que se enteró de cómo murió Francia. Buscó a Ramiro. Lo primero que hizo cuando lo encontró fue ponerle tremenda golpiza que lo mandó al hospital. Ramiro ni supo quién le pegó, pero estando en el nosocomio Tris se introdujo una noche e hizo que se tomara un frasco de fenobarbital, un barbitúrico más fuerte que acabó por matarlo.
A Rodrigo lo localizó en el bar propiedad de los hermanos cuando estaba solo; hizo que se cortara su miembro y se lo puso en la boca hasta que se ahogó. Nadie vio nada.
La banda sin sus cabezas se fue desintegrando, ya que sus secuaces comenzaron a pelearse entre sí. De todo el grupo, que eran aproximadamente 20, quedaron dos que en el momento de la trifulca estaban en la cárcel. Ellos ya no pudieron armarla de nuevo. En la colonia todos se preguntaban quién era el asesino de los hermanos. Nunca supieron la respuesta.