¡BRAVA, GABRIELA ORTIZ!

“Su lenguaje la hace única en su género y generación”.

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Gabriela Ortiz

Hasta hace unas cuantas semanas el nombre de Gabriela Ortiz no estaba en la conversación. Pocas personas sabían de su existencia y de su destacada labor. En este régimen que se ha caracterizado por ignorar y hasta despreciar la cultura, la irrupción de Gaby Ortiz fue, literalmente, espectacular y refrescante.

Resulta que nuestro personaje de esta semana fue galardonada con tres premios Grammy en su edición 2025. Ello gracias a su espléndida obra de ballet de seis actos, para orquesta y ocho voces amplificadas, intitulada Revolución Diamantina.

Pero ella no llegó sola. Estaba debidamente arropada por la orquesta Filarmónica de Los Ángeles y por el destacado director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel al frente de la misma.

Gabriela Ortiz es originaria de la Ciudad de México (diciembre 1964). Estudió composición en el Conservatorio Nacional de Música con el maestro Mario Lavista y con Federico Ibarra en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es integrante del Colegio Nacional y ha estudiado en diversas universidades del mundo, como la City University of London y The Guildhall School of Music and Drama; y ha sido galardonada por una gran cantidad de instituciones educativas, musicales, fundaciones y demás.

Es maestra y egresada de la propia UNAM y también titular de la Cátedra de Composición Mario Lavista de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Panamericana.

La obra que nos ocupa y que fue objeto del merecido reconocimiento al recibir no uno, ni dos, sino tres premios Grammy 2025, Revolución Diamantina, fue estrenada en 2023, precisamente con la orquesta Filarmónica de Los Ángeles bajo la batuta de Dudamel. No exageramos al afirmar que Gaby es la compositora mujer predilecta del director venezolano. En efecto, estas estatuillas fueron entregadas a Mejor Composición Clásica Contemporánea, Mejor Compendio Clásico y Mejor Interpretación Orquestal, concedidos a Dudamel y a LA Phil (como se le conoce en el argot musical).

Rosa y púrpura

Sobre esta estrujante y disruptiva obra la autora reconoce no saber si tendrá el poder de transformar la violencia de género hacia un lugar mejor, caminar hacia un lugar más justo y con menos violencia, pero en sus palabras se atrevió a escribirla a partir de un consejo de su hermano, Rubén Ortiz (artista visual), y la escritora mexicana Cristina Rivera Garza, quienes la invitaron a hacer un sentido y merecido homenaje a quienes alzaron la voz en la marcha de 2019 contra la violencia de género, realizada en la Ciudad de México.

Dice Gaby: “La marcha fue como una especie de performance, porque además pintaron la ciudad de diamantina, se coloreó toda de rosa y púrpura”.

Otro elemento de inspiración para la confección de Revolución Diamantina fue el fenómeno de Las Tesis, un grupo chileno a partir de cuyo grito de guerra Rita Segato propició que naciera otro performance masivo en el mismo sentido.

Como nos recuerda Gerardo Kleinburg, entre el muy extenso repertorio escrito por Gabriela Ortiz una de sus obras fue estrenada por la Orquesta Filarmónica de Berlín, acaso la mejor del mundo. El lenguaje utilizado por Gaby, sobre todo el tratamiento de las percusiones y los ritmos que se atreve abordar, la hace única en su género y generación. El Gran Teatre del Liceu (Barcelona) le ha encomendado una obra para ser estrenada en tan distinguido recinto.

Pero no podemos terminar aquí el texto dedicado a Gabriela Ortiz sin dejar constancia de que sus primeros pasos en la música los dio al lado de sus padres en una agrupación nacida en 1966 denominada Los Folkloristas.

En suma: ¿quién dice que no se puede? ¡Brava, Gaby, mil veces brava!