Sun Tzu, en su obra El arte de la guerra, afirma con claridad: “Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo no deberás temer el resultado de cientos de batallas. Si te conoces a ti mismo, pero no al enemigo, por cada victoria obtenida sufrirás una derrota. Y si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo sucumbirás en cada batalla”.
Esta enseñanza es especialmente relevante al analizar la relación histórica entre México y Estados Unidos.
Si reflexionamos sobre los enfrentamientos y desafíos que hemos tenido con nuestro vecino del norte desde los tiempos de Antonio López de Santa Anna y Benito Juárez, pasando por Porfirio Díaz y el general Lázaro Cárdenas, hasta el presente, es evidente que conocemos nuestras debilidades frente a EU en los ámbitos económico, social y político.
La clave para avanzar y superar estas desventajas radica en identificar las áreas donde nuestras debilidades pueden transformarse en oportunidades para negociar y obtener beneficios estratégicos.
Por ejemplo, durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz México enfrentó con éxito la llamada Operación Intercepción. Años más tarde, el presidente Felipe Calderón lidió con los desafíos de la llamada Guerra contra el narcotráfico. En la actualidad, frente a situaciones como las tensiones generadas durante la administración de Donald Trump, es crucial abordar estos problemas con habilidad diplomática y estratégica.
Uno de los temas prioritarios es la gestión de nuestra frontera sur. México debe demostrar a EU que está haciendo su máximo esfuerzo en esta área. Asimismo, en materia de narcotráfico nuestro país necesita reforzar las acciones contra el narcomenudeo y el tráfico de fentanilo, implementando detenciones y medidas que se perciban como serias y efectivas, tanto por la sociedad estadunidense como por su Congreso.
Visión
Reconocer nuestras debilidades no implica resignación sino un ejercicio de realismo estratégico. Temas delicados como el tráfico de drogas, el contrabando de fentanilo y los flujos migratorios son retos que pueden convertirse en oportunidades para fortalecer nuestra posición frente a EU. Esto incluye priorizar aspectos como el comercio bilateral, donde México debe ser cauteloso y evitar una competencia desigual en materia arancelaria, pues cualquier descuido podría resultar perjudicial.
Por último, es fundamental proteger el TMEC, que constituye un pilar esencial en la relación comercial y económica entre ambas naciones.
Aunque nuestras debilidades son evidentes, también pueden ser utilizadas a nuestro favor si actuamos con estrategia, prudencia y visión de largo plazo.