El expresionismo alemán es la deconstrucción del sujeto para incomodar al espectador.
El expresionismo abstracto y la película Nosferatu son dos manifestaciones artísticas que si bien pertenecen a diferentes disciplinas y épocas comparten una profunda conexión en su exploración de la emoción, la subjetividad y la representación de lo inefable.
Surgido en la década de 1940 en Estados Unidos, el expresionismo abstracto se caracteriza por su enfoque en la expresión personal y la libertad creativa, mientras que Nosferatu, estrenada en 1922, es una obra maestra del cine mudo que redefine el horror y la atmósfera a través de su innovadora estética visual.
El expresionismo abstracto se desarrolló como una reacción a las convenciones del arte tradicional y a los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Artistas como Jackson Pollock, Mark Rothko y Willem de Kooning buscaban romper con la representación figurativa y explorar la emoción pura a través de la forma, el color y la textura. En lugar de representar el mundo exterior, estos artistas se centraron en la experiencia interna, utilizando técnicas como el dripping y el action painting para plasmar sus estados emocionales en el lienzo. Esta búsqueda de la autenticidad y la subjetividad se convierte en un reflejo de la angustia y la alienación de la época, resonando con el desasosiego que se vivía en la sociedad.
Por otro lado, Nosferatu, dirigida por F. W. Murnau, es una adaptación no autorizada de la novela Drácula, de Bram Stoker. La película se considera una de las primeras obras maestras del cine de terror y un hito del expresionismo alemán.
A través de su innovador uso de la luz y la sombra Murnau crea una atmósfera inquietante que evoca el miedo y la desesperación.
La figura del conde Orlok, que interpreta Max Schreck, se convierte en un símbolo del horror no solo por su apariencia física sino también por la forma en que representa la amenaza de lo desconocido y lo incontrolable.
La conexión entre el expresionismo abstracto y Nosferatu radica en su capacidad para evocar emociones intensas y explorar la sique humana. Ambos movimientos artísticos se centran en la experiencia subjetiva, desafiando las normas establecidas y buscando nuevas formas de comunicación.
En Nosferatu el uso de las sombras y claroscuros, además de que se filmó en su totalidad en blanco y negro, no solo acrecientan su valor estético, sino que además coadyuvan a una mejor comprensión y ambientan los escenarios deformando la realidad para causar en el espectador el temor y el miedo, mientras que el expresionismo abstracto distorsiona la realidad con mucho color.
Se dice que los pintores de esta etapa experimentaban con todos los colores para mostrar en la gente que venía y compraba sus cuadros sensaciones diferentes, al igual que la película de Nosferatu buscaba exponer los sentimientos más ocultos, tanto de los pintores como de los artistas, y sobre todo con el público, que tomó estos dos movimientos con grandes críticas pero a la vez, y paradójicamente, con gran admiración. Basta recordar cuánto cuestan hoy los cuadros de Pollock o Rothko, que alcanzan cifras de millones de dólares; y, por supuesto, en el caso de las películas de terror se han realizado miles de diferentes versiones dado que entre el miedo y la fascinación solo hay un paso. ¿O tú qué piensas?
El vampiro de la colonia
En la colonia donde vivía el buen Tris había un sujeto que se decía escritor, quien salía todas las noches a comer tacos de moronga en la taquería de la esquina.
Una noche, vestido con su capa al estilo Germán Robles y todo de negro, al llegar al restauran mordió a un comensal en el cuello hasta dejarlo muerto. Nadie entendía qué pasaba. Llamaron a Tris y apresó al supuesto escritor. Cuando en la comisaría al interrogarlo preguntó la razón, aquel solo pudo decir:
—Estoy escribiendo una novela de vampiros y al hacerlo tuve una revelación: tengo una fascinación por la sangre, pero ya estaba cansado de la moronga, así que quería probar algo nuevo. El tipo se veía saludable, así que me dejé llevar. La verdad, la sangre fresca es mucho mejor que la seca.