Donald Trump tiene un nuevo mejor amigo. Uno que resulta ser la persona más rica del mundo y dueño de uno de los megáfonos más importantes a nivel global: Elon Musk. Al parecer, el dueño de Space X no solo quiere conquistar Marte sino también la Casa Blanca. La pregunta es: ¿para Trump o para él mismo?
A pesar de que el encuentro entre ambos en la plataforma X comenzó con 40 minutos de retraso debido a lo que Musk insistió que fue un ataque cibernético, los dos magnates se enfrascaron en una sesión de admiración mutua que duró más de dos horas. Y sí, Trump tocó sus grandes éxitos, como teorías de la conspiración, migración y Joe Biden.
Es notorio que al republicano le cuesta trabajo dejar atrás a su antiguo rival o quizá la entrada de Kamala Harris en la carrera lo ha desconcertado a tal grado, que no sabe cómo enfrentarse a ella; así que optó por la estrategia “copiar y pegar” en su arsenal de ataques. Algo que no pasa desapercibido para sus rivales políticos.
Aunque quizás el hecho de que el republicano ahora se enfrenta a alguien que es 20 años más joven, que no tiene problemas para hilar sus ideas y que sube en las encuestas es lo que realmente afecta al candidato republicano a menos de 100 días de las elecciones.
Una nueva encuesta reveló que Harris tiene una ventaja de cuatro puntos en los estados columpio de Michigan, Wisconsin y Pensilvania, algo que Biden no había logrado en toda la contienda. Aunque en 2016 las encuestas en esos mismos estados subestimaron a Trump con hasta nueve puntos porcentuales, mientras que en 2020 con cinco, en comparación con el total de votos que finalmente obtuvo.
Aspiraciones
Pero de vuelta al romance de la semana, es innegable que Trump no habría sido presidente sin X, lo que una vez fue Twitter. Su extraordinaria habilidad para destilar un insulto conciso en pocos caracteres encontró su nicho en 2016 y al parecer el republicano está de vuelta. Aunque el regreso a su plataforma favorita fue algo incómodo es muy probable que sigamos viendo publicaciones esporádicas.
Sin embargo, hay algo que el republicano quizá no haya previsto y eso es que ya tiene competencia: X se ha convertido en el reino de Musk en todos los sentidos. Y el empresario nacido en Sudáfrica claramente está enviando un mensaje de que ya no es un mero espectador en la política y se está convirtiendo, cada vez más, en un protagonista. Aunque la posibilidad de Musk “el candidato” sigue siendo un misterio.
Por lo pronto, esta semana se llevará a cabo la Convención Nacional Demócrata y muchos esperan que sea el escenario perfecto para que Harris asuma una postura en diversos temas. No es ningún secreto que la hoy vicepresidenta no ha respondido prácticamente a ninguna pregunta de periodistas desde que asumió la candidatura y ha pasado la mayor parte del tiempo dando discursos de campaña en los mítines.
Tampoco ha explicado qué sucedió exactamente en Washington tras la renuncia de Biden a la contienda, ni cuáles son sus propuestas en materia migratoria, económica, energética o sanitaria; ni mucho menos sobre cómo manejaría las guerras en Ucrania y Oriente Medio, entre muchos otros temas. Es decir, hoy Kamala, al igual que las aspiraciones de Musk, sigue siendo una incógnita.