“La economía dominante presenta la inflación (emisión excesiva de dinero, mal definida como una moneda que pierde un poco de poder adquisitivo cada año) como necesaria para lubricar los engranajes del comercio.
“Lo que no parecen entender (o les gustaría que el resto de nosotros no entendiéramos) es que la inflación también es una herramienta para redistribuir la riqueza de una clase a otra. Hace subir el precio de las acciones, los bonos y los bienes raíces, enriqueciendo a los propietarios de esos activos y al mismo tiempo haciendo la vida cotidiana mucho más difícil para las personas que viven de cheque en cheque.
“Obviamente, esto enoja a las víctimas. Por eso los estadunidenses de veintitantos años se niegan a trabajar.
“Digamos que tienes 28 años en Estados Unidos y te gustaría tener el tipo de casa inicial que tus padres compraron a una edad similar. Has convertido un par de trabajos a tiempo parcial en 40 horas semanales y ganas, en términos de dólares constantes, más o menos lo que ganaban tus padres hace 30 años. Pero la casa de 90 mil dólares que compraron en su día ahora cuesta 300 mil, una magnitud que está fuera de tus posibilidades.
“¿Qué actitud tomas? Alquilas, por supuesto, con exactamente cero posibilidades de comprar alguna vez, porque tus empleos a tiempo parcial no ofrecen un camino hacia un patrimonio de clase media. La historia es la misma para la atención médica, la matrícula universitaria, la comida, los automóviles y prácticamente todo lo demás. La vida que era fácilmente accesible para tus padres en la década de 1990, hoy está fuera de tu alcance”.
Radicalización
“Si a esto añadimos las historias sobre inmigrantes ilegales alojados en hoteles de lujo, políticos que utilizan información privilegiada para hacerse con enormes fortunas y cientos de miles de millones de dólares invertidos en guerras por poderes en todo el mundo, naturalmente nos sentiremos resentidos por los fraudes amañados del juego en el que has nacido.
“Estarás abierto a discursos políticos populistas y/o socialistas. Buscarás formas de tomar atajos como parecen hacer los boomers. O simplemente optarás por no participar en el sistema y te unirás al movimiento ‘No quiero trabajar’ que tanto horroriza a tus abuelos.
“Tendrás un punto válido. Un sistema financiero que depende de una deuda cada vez mayor y de una oferta monetaria en alza que, por definición, transfiere riqueza de los trabajadores a los inversores.
“Así que no sorprende que el reinicio monetario de 1971 y la desregulación bancaria de los años 1990 hayan producido el mundo actual. Los responsables saben exactamente lo que están haciendo. Pero tu generación se está empobreciendo y radicalizando (John Rubino)”.