La violencia de género y la violencia sexual son temas que sin duda preocupan a las juventudes. No obstante, “podemos erradicar ciertas conductas, roles y estereotipos desde la educación”, indica a Vértigo Dina Buchbinder Auron, fundadora y presidenta de Educación para Compartir.
Desde hace 17 años esta organización internacional trabaja en formar una mejor ciudadanía global a través de la innovación educativa con base en el poder del juego, explica la galardonada con el Emerging Global Leader Award por la escuela Kennedy de Gobierno en Harvard.
—¿Cómo construir una sociedad más equitativa?
—Nuestra gran apuesta a lo largo de estos 17 años ha sido desde la educación formar una mejor ciudadanía global, es decir, podemos transformar la manera en qué, cómo y para qué aprendemos. De ahí toda nuestra metodología: juega, reflexiona y actúa, ya que el juego se convierte en una experiencia que te informa como niña, niño, mamá, papá, maestra o maestro del porqué te importa algo. O sea, por qué valoramos y cuidamos lo que nos importa.
Añade que “la siguiente pregunta es: ¿qué puedo hacer al respecto? Esto es muy importante porque ese poder va de regreso a las personas. Debemos comprender que todos tenemos un rol que jugar, todos somos potenciales agentes de cambio, todos podemos reaprender de una manera que no tiene que ver ni con el miedo, ni con la amenaza. Es más bien apostar por un aprendizaje que apela realmente a nuestra imaginación, sentido de admiración por las personas, por los entornos, por las posibilidades que nos rodean; es ver con otra óptica”.
—¿Cómo romper roles y estereotipos de género a través de la educación?
—Siempre se habla de la educación como la gran oportunidad de transformar. Pienso que sí lo es, efectivamente. Pero no es cualquier tipo de educación: primero te tiene que interesar de lo que se está hablando; número dos, esta educación te dice que puedes hacer algo sobre este tema; y número tres, también te invita a trabajar en equipo para poder romper estos estereotipos, estos patrones que tenemos muy arraigados históricamente en todas las sociedades y que va más allá de temas socioeconómicos.
Tiempo y espacio
La manera para realmente transformar, puntualiza Buchbinder, “es a través de una educación que realmente te llegue a las fibras más profundas y te invite a generar otro tipo de responsabilidad y de corresponsabilidad, que te permita construir otro tipo de relaciones”.
—¿Cuál es el reto que Educación para Compartir enfrenta para romper estos estereotipos?
—Hay muchos retos. El mismo sistema; es decir, la manera en cómo el sistema hace que los docentes se sientan tremendamente abrumados, como si no tuvieran espacio para ver nada más que lo que ya les preocupa tan intensamente. En este sentido, creo que uno de los retos es encontrar el tiempo y el espacio para poder trabajar con docentes de otras maneras. Acordarnos que las y los docentes son seres humanos y no solamente son profesores que cumplen una labor.
Explica: “Cuando nosotros (desde Educación para Compartir) tenemos la oportunidad de trabajar con los docentes apelamos a su sentido más humano al recordarles que también son personas y también merecen sentirse queridos, vistos, escuchados y, lo más importante, que realmente hay otras maneras para poder enseñar. Este aprendizaje a través del juego es un gran aliado, porque les ayuda a sentirse más presentes, a generar otro tipo de relaciones con sus alumnos, porque incluso ellas y ellos se sienten más motivados y desde esta interacción pueden conectar entre lo que tienen que enseñar y el cómo lo pueden enseñar.