Javier Aguirre es un hombre de desafíos. Apuesta a los imposibles. Es pragmático en su esquema de juego. Tiene carácter para lidiar con jugadores y conoce a fondo al futbol mexicano. Su elección como entrenador de la Selección Mexicana es una decisión segura para encarar el Mundial en casa.
El Vasco inició su tercer periodo como estratega del Tricolor con la misión de rescatarlo del bache en que se encuentra, tal y como lo hizo en sus dos anteriores ocasiones.
Contrario a lo que parece, esta vez tiene más margen de maniobra, con tiempo de sobra para armar al mejor equipo posible para afrontar el Mundial de casa.
La primera vez que llegó al banquillo México estaba fuera del Mundial de Corea-Japón 2002. Llegó a la mitad del hexagonal con el seleccionado en la quinta posición y con cinco partidos por disputar. Armó un equipo con los jugadores que estaban en su mejor momento, sin importar trayectorias y jerarquías, y cambió por completo el rumbo del equipo.
Terminó salvando el barco para lograr la clasificación al mundial asiático como segundos del grupo con cuatro victorias y un empate. Su base fueron jugadores que estaban pasando un gran momento con el Cruz Azul. Una jugada efectiva que lo llevó a su primer Mundial como entrenador en jefe.
Ocho años después volvió a tomar el rol de héroe al asumir el bomberazo de un Tricolor que estaba en cuarto lugar del hexagonal final, en zona de repechaje. Pese a sufrir una derrota en su primer partido dirigido, hiló cinco victorias que le valieron concluir en la segunda posición para clasificarse directo a Sudáfrica 2010.
Ahora el panorama es distinto. La clasificación al Mundial ya no es la preocupación, al ser uno de los tres países anfitriones de la Copa del Mundo United 2026. Son dos años que tendrá de trabajo para formar a una Selección Nacional que sea fuerte en su tercer Mundial en casa.
Presión
Javier llega en plena madurez. Con la experiencia de haber dirigido a otras selecciones, como las de Japón y Egipto, además de diversos clubes españoles y mexicanos. En el balompié ibérico se ha convertido en un experto en salvar del descenso a clubes, en tanto que en México también presume gallardetes como el logrado con Monterrey al conquistar la Liga de Campeones de la Concacaf de 2021.
Además de ganar confianza con una presentación donde se venció a Nueva Zelanda por 3-0, El Vasco dio una cátedra para manejar la presión ejercida por parte de los medios en sus conferencias de prensa. De igual manera, se le vio seguro en los entrenamientos con sus jugadores y su jerarquía en el banquillo fue notoria, como las primeras pinceladas técnicas sobre el terreno de juego.
Su proyecto viene acompañado por Rafael Márquez como su auxiliar, con el objetivo de que sea su sucesor cuando salga del banquillo. Muy al estilo de lo vivido por el propio Aguirre, cuando fue auxiliar de Miguel Mejía Barón durante el ciclo mundialista que concluyó con el Mundial de Estados Unidos 1994.
El mejor director técnico mexicano en activo regresa al frente del Tricolor con un reto colosal por delante. Pero de esos que le gustan a Javier, un estratega que disfruta de la presión, los detractores y las adversidades. Un entrenador de retos.