Ivana Naomi Millán Flores es Ingeniera en Biotecnología egresada por el Tecnológico de Monterrey. Cuando era estudiante fue seleccionada para participar en el International Air and Space Program que se realiza en las instalaciones de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
Millán Flores platica con Vértigo que después de cumplir su sueño, actualmente se dedica a asesorar a la siguiente generación de jóvenes científicos y científicas de América Latina.
—¿Cómo fue la misión de simulación a Marte en la que representaste a México?
—Fue una experiencia increíble. Formé parte de una misión de simulación en noviembre del año pasado, en el complejo Habitat Marte. La misión, llamada Renacer, se centró en dos áreas: la investigación de plantas y la aquaponia, con el objetivo de generar cultivos en Marte, y en el aspecto sicológico del aislamiento, simulado como si estuviéramos en otro planeta.
—¿Tuviste alguna limitación por tu condición de género para ingresar a este sector?
—Abrirse camino en este campo es complicado. Las mujeres en la industria espacial apenas estamos comenzando a hacernos un espacio, aunque llevamos años trabajando en ella. Desde pequeña me resultó difícil darme cuenta de que no tenía referentes claros que me mostraran que una mujer también podía, por ejemplo, ser astronauta. Convencer a mi familia de que ser astronauta no es una carrera de niños, que no es solo un sueño de la infancia, sino una carrera real, también fue complicado.
Explica que “como mujer, sentí que había un doble discurso: primero eres mexicana, y luego mujer, lo que hace que las cosas sean más difíciles. Aunque en la escuela me motivaban a no poner atención a las barreras de género, la realidad es que muchas veces esas barreras son externas: la falta de representatividad, los programas que no siempre están accesibles para todas, la literatura académica que en su mayoría está escrita por hombres, y la disparidad salarial que afecta incluso a las profesoras en el sector de investigación, quienes ganan menos solo por ser mujeres”.
Cerrar brecha de género
—¿Qué se requiere para cerrar esta brecha de género tan marcada?
—Creo que hay muchos factores. La equidad de género en la ciencia y la tecnología está influenciada no solo por los estereotipos de género sino también por la idea de que existen “carreras para hombres” y “carreras para mujeres”, y por el hecho de que muchas mujeres no tienen acceso a educación superior. A esto se suma la expectativa social de que las mujeres se queden en casa, busquen pareja y formen una familia.
Otro factor importante es la falta de referentes. En México no tenemos muchas opciones para inspirarnos. Por ejemplo, Julieta Fierro, una astrónoma y divulgadora mexicana, es una de las pocas figuras destacadas, pero la mayoría de los referentes en la ciencia son hombres.
Añade que “me gustaría ver más referentes femeninos, no solo en redes sociales, sino también en puestos de gobierno, en la literatura, en el ámbito académico y en otros espacios. Necesitamos que las mujeres estén presentes en todos los sectores de la investigación, la producción, etcétera. También es importante generar más contenido escrito por mujeres y, sobre todo, garantizar que todas tengamos la posibilidad de acceder a la educación y la ciencia, a pesar de las adversidades sociales y de seguridad que enfrentamos en México”.
En ese sentido, concluye, “me gustaría certificarme como candidata a astronauta civil en un programa de la Universidad de Florida, que prepara a personas para viajar al espacio. Mi objetivo es inspirar a más niñas a soñar con carreras en el sector espacial y demostrarles que es posible, independientemente de su origen”.