EL CRONOVISOR

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Toda decisión del Vaticano tiene un propósito.

Demián Bichir (Padre Burke, de la película La monja).

Guillermo Marconi fue un ingeniero electrónico italiano nacido en Bolonia, el 25 de abril de 1874, y fallecido en Roma en 1937, a los 63 años. Fue un destacado impulsor de la radiotransmisión a larga distancia. Estableció la Ley de Marconi (es la relación entre las antenas y la distancia de señalización de las transmisiones) y desarrolló el sistema de telegrafía sin hilo, mejor conocida como radiotelegrafía.

A Marconi se le conoce como el inventor de la radio, aunque este fue un descubrimiento colectivo porque la patente le pertenece a otros dispositivos que se desarrollaron en otros países.

A la edad de 22, Marconi obtuvo, por parte del gobierno británico, una subvención de 15 mil francos por el desarrollo de la radio. Su nombre recorrió el mundo debido a que la radio salvó cientos de vidas en los naufragios del Republic (1909) y del Titanic (1912).

Durante la primera guerra ítalo-turca, en 1911, y posteriormente en la Primera Guerra Mundial, Marconi fue el encargado de las comunicaciones inalámbricas para todas las fuerzas armadas.

Nikola Tesla no aceptó el Premio Nobel de Física porque afirmaba que Marconi había robado patentes suyas para su invento y hasta que no le retirasen el premio a Marconi, él no lo aceptaría, dijo. La Fundación Nobel dice que es un chisme ya que no hay pruebas que lo demuestren.

Marconi fundó la Radio Vaticana, la cual se inauguró con el mensaje Qui Arcano Dei del Papa Pío XI (Achille Damiano Ambrogio Ratti), el 12 de febrero de 1931.

Se dice que Pío XI (que duró desde su elección, en 1922, hasta su muerte el 10 de febrero de 1939) convenció a Marconi de no usar un aparato de radiofrecuencia que inmovilizaba los motores de combustión interna a tal grado que no podían caminar los carros y los aviones.

Marconi se lo donó. Se supone que el artilugio está dentro de las bóvedas del Vaticano. No hay nada que lo demuestre, chisme al fin.

Pero eso no es todo, cuando Pío XII (Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli) subió al trono comenzó la Segunda Guerra Mundial y Radio Vaticana, fundada por Marconi, se posicionó en contra de las atrocidades de los nazis. Pero el Papa, no.

Tras terminar la guerra, un monje exorcista italiano de nombre Marcello Pellegrino Ernetti y el exnazi Wernher von Braun, inventaron el cronovisor (el nombre fue sacado de un libro escrito por Francois Brune). Se suponía que este aparato podía grabar el pasado. El monje expresó que la máquina fue creada bajo la premisa de “la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma”, lo cual les permitía acceder a sonidos e imágenes del pasado, igual que la máquina del tiempo DeLorean de la película Volver al futuro, dirigida por Robert Zemeckis.

El pinche loco de Ernetti afirmó que era una especie de televisor que logró captar el día en que Jesucristo caminaba hacia su crucifixión, o sea, un portal al pasado. El monje aseguraba que fue Pío XII quien prohibió hablar del tema y el Vaticano ocultó la fabulosa máquina porque la consideraba un peligro para la humanidad. Como sea, otra vez son puros chismes: chismes históricos. Ja, ja.

El cronovisor

Dentro del edificio Basurto encontraron una especie de televisor que tenía un dial que marcaba las horas, los días y los años. Por supuesto, llamaron a Tris que siempre sabía cómo interpretar estas cosas.

Tris, que era más incrédulo que el amor que profesan las sexoservidoras de la calle de Sullivan, marcó la fecha del 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas.

Cuál sería la sorpresa de todos cuando la máquina reprodujo exactamente el momento en el que al presidente Kennedy le “meten” dos plomazos. Todos los presentes estaban boquiabiertos. Tris vio que el aparato estaba conectado a un servidor. Llamó a su amigo el Hacker para que le aclarara lo sucedido.

El Hacker, de nombre Jorge Mota, vio que el aparato se conectaba a la nube y encontraba casi todos los videos en la deep web.

El misterio estaba resuelto. Tris pidió otra fecha al azar y encontraron unas imágenes de una vieja película donde se veían unos hombres de la época de las cavernas.

La reproducción era en blanco y negro, pero Tris alcanzó a reconocer a uno de los actores que era ni más ni menos que Ringo Starr. La cinta era El Cavernícola. Así desenmascaró el caso del cronovisor que decían había desaparecido años atrás en el Vaticano.