LA MARIHUANA EN EL MÉXICO DECIMONÓNICO: EL CASO DE CESÁREO GONZAGA

Ignacio Anaya
Columnas
Marihuana México

“Cesáreo Gonzaga es un cargador que desde hace como ocho meses, según la declaración de su mujer, comenzó a usar la marihuana, aumentando día por día la cantidad que se fumaba”. En 1893 el periódico La Voz de México publicó esta nota relatando el caso de un señor que llevaba tiempo consumiendo dicha droga.

La marihuana ocupaba un interesante lugar dentro del debate público y las preocupaciones sobre la higiene pública. Su circulación, junto con la de otras drogas, no solía estar muy restringida, a pesar de los esfuerzos de las autoridades por regularizar su consumo.

El relato del periódico continuaba: “Los primeros efectos que en él se notaron fueron un cambio completo del carácter, de cariñoso con su familia, se tornó áspero y seco (…); su apetito se fue estragando hasta el grado de que le causaba verdadero trabajo masticar y solo tomaba los caldillos de la comida”.

La marihuana no estaba del todo prohibida; las autoridades y las voces en medicina instaban a que solo pudiera consumirse con receta médica. Aun con las condenas en la prensa, que solía relacionarla con el mundo criminal, esta droga circulaba sin mayor problema. Se podía encontrar fácilmente en ciertos establecimientos, algunos clandestinos, pero no estaba reservada a ellos. No era raro encontrarla en una cantina o pulquería.

El sujeto de la historia fue llevado a la comisaría, aparentemente por un “frenesí terrible, queriendo matar a sus hijos y esposa”, según narraba el periódico. En la sección médica se le administraron los medicamentos correspondientes, los cuales no se mencionan. Posteriormente, él declaró su experiencia consumiendo marihuana, un vistazo interesante (si es que tomamos por cierta toda la noticia) de alguien en el siglo XIX con dicha droga: “Los primeros días que comenzó a usar la marihuana veía cosas muy bonitas y muy halagadoras, por lo que seguía usando el narcótico a pesar de los horribles dolores de cabeza que le producía. Que una vez comenzó a ver muchas flores, que después se convirtieron en cabezas degolladas que chorreaban mucha sangre y le hacían gestos espantosos”.

Interrogantes

La experiencia sicodélica que, según se cuenta, tuvo Cesáreo plantea varias preguntas: ¿cuánto tiempo llevaba consumiendo?, ¿tenía otros problemas? Y, me parece importantísima, ¿era realmente marihuana el producto que consumía? Por último, el texto apuntaba la particularidad de lo sucedido, apelando incluso a la necesidad de estudiarlo: “No deja de ser curioso y digno de estudio este caso singular de locura”.

Para finales del siglo XIX se daba por hecho que su consumo conducía a actitudes deplorables y fuera de las normas sociales que dictaba la moralidad burguesa. La narración de los efectos experimentados por Gonzaga, que iban desde visiones placenteras hasta alucinaciones violentas, reflejaba la narrativa predominante de la época sobre los peligros de consumir la marihuana.

El análisis de este caso plantea interrogantes acerca de la fiabilidad de las fuentes periodísticas de la época, la influencia de la moral burguesa en la percepción de las drogas y la evolución de las políticas públicas en materia de control de sustancias.

Para finales del siglo XIX y comienzos del XX su rechazo por la opinión pública fue en aumento hasta que, con los gobiernos emanados de la Revolución Mexicana, empezando por Venustiano Carranza en 1920, se fue encaminando hacia el prohibicionismo.