BIENESTAR ADULTO

Daniela Suárez
Columnas
BIENESTAR ADULTO

La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño.

Friedrich Nietzsche

Pensar en envejecer tal vez sea algo difícil para muchas personas. O por lo menos la idea de la vejez quizá pueda significar un reto para quien es joven. Sin duda muchos de nosotros somos capaces de pensar en el aquí y en el ahora o hasta nos alegramos cuando alguien nos hace una pregunta al estilo de ¿cómo te ves en diez años? Pero a lo mejor nos es difícil pensar en un futuro mucho más lejano, uno donde estemos retirados o seamos abuelos.

Sin embargo, un estudio brinda luz sobre qué podríamos hacer en la edad de madurez para fomentar nuestro bienestar emocional.

La investigación reciente y publicada en The Journals of Gerontology descubrió que mantener una rutina de interacciones sociales se asocia con un mayor bienestar emocional en los mayores.

El estudio sugiere que no solo la frecuencia o el entorno de estas interacciones, sino también su periodicidad regular, pueden contribuir de forma independiente en aumentar el bienestar de las personas mayores. La investigación incluyó a 103 adultos mayores de habla alemana en Suiza, con edades de 65 en adelante. Todos eran hábiles usando aparatos digitales y tenían tanto visión como audición adecuada. Estos participantes fueron monitoreados por más de 21 días utilizando un método de muestreo de experiencias que les obligaba a grabar sus interacciones sociales poco después de que se produjeran, utilizando teléfonos inteligentes proporcionados por el equipo de investigación.

Las interacciones eran diversas. Por ejemplo, podían ir desde conversaciones cara a cara hasta comunicaciones digitales como correos electrónicos y videoconferencias. La medida clave fue la rutina de estas interacciones; en concreto, si se producían a la misma hora cada día, la modalidad de interacción, el tipo de persona con la que interactuaban y el lugar. Los investigadores descubrieron que los adultos mayores que participaban en interacciones sociales rutinarias tendían a experimentar más emociones positivas, como felicidad e inspiración.

Estabilidad

Este patrón se observó independientemente del contexto de las interacciones, ya fueran con amigos, familiares u otras personas, e independientemente de la frecuencia de estas interacciones.

Curiosamente, los resultados también hicieron pensar a los investigadores que mantener una rutina en los compromisos sociales se relaciona con una disminución de los sentimientos negativos, como la tristeza o la ansiedad. Esto sugiere que un horario social predecible puede proporcionar una sensación de estabilidad y seguridad, mismo que ayuda a aliviar el estrés y los bajones emocionales.

Sin embargo, los investigadores también observaron que aun cuando las interacciones sociales rutinarias estaban vinculadas a la mejora de los estados emocionales, no estaban relacionadas con la satisfacción de vida en general.

Esto apuntó a la complejidad del bienestar en los adultos mayores: aunque la socialización rutinaria puede mejorar las emociones cotidianas, puede que no influya en juicios más profundos y reflexivos sobre la satisfacción de vida, que suelen estar determinados por una gama más amplia de circunstancias vitales y valores personales.

Y tú, ¿crees que las interacciones sociales te brindan mayor bienestar?