El deber es lo que esperamos que hagan los demás, no lo que hacemos nosotros mismos.
Oscar Wilde (1854-1900).
Si bien la deuda pública es un instrumento útil para hacer frente a crisis económicas, un menor nivel de endeudamiento como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) permite mantener finanzas públicas más sanas y fiscalmente sostenibles.
Esta es una regla económica universal, para el socialismo y el capitalismo. Pero la clase política, desde los setentas, encontró un mecanismo para evitar un incremento de los recursos fiscales: la deuda pública, y no han logrado una disminución del gasto, lo que frena el crecimiento económico.
Tanto el gobierno federal como el de los 32 estados de la República gastan más de lo que captan. La regla del desarrollo y bienestar de la sociedad es gastar menos de lo que obtienen por ingresos.
Durante el periodo 1994-2024 la deuda neta del sector público federal mantuvo una tendencia mixta en términos reales, tanto en valores absolutos como en la proporción que representa respecto al PIB.
Entre 1994 y 2007 (desde Zedillo, hasta el fin de Fox) dicha variable tuvo una tendencia predominantemente a la baja, mientras que durante 2008-2024 fue creciente, según un estudio de la Dirección General de Finanzas del Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República.
La investigación titulada Evolución de la deuda neta del sector público federal en México durante las últimas cinco administraciones federales, 1994-2024, elaborada por el investigador Arturo Del Río Monges, relata que en el último año de gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1994), la deuda neta del sector público federal representó 28.5% del PIB, mientras que para el último año de gobierno de Ernesto Zedillo (2000) dicha proporción se ubicó en 18.8% del PIB.
A su vez, en el último año de gobierno de Vicente Fox (2006), la proporción de la deuda neta representaba 17.8% del PIB, y para el final del gobierno de Felipe Calderón (2012) dicha proporción había ascendido a 32.4% del PIB. Un disparo de casi 100 por ciento.
El estudio refiere que en el último año de gobierno de Enrique Peña Nieto (2018), la proporción de la deuda neta respecto al PIB fue de 44.7%, y para agosto de 2024, dentro del último año de gobierno del presidente López Obrador, dicha proporción representó 50.5% del PIB, al considerar los primeros dos trimestres de 2024. Una tendencia desproporcionada.
Por último, señala que para reducir la deuda pública sería necesario impulsar alternativas que permitan incrementar de forma equilibrada y fiscalmente sostenible los ingresos públicos. Lo importante es no incrementar los impuestos, mientras haya un gasto responsable.
Sagarpa
En 2024 México descendió del noveno al décimo lugar en el ranking global de productores agropecuarios, con una producción de 280.3 millones de toneladas, afectada por la sequía. China lidera, seguido por EU y Canadá. México no ha impulsado suficientemente la productividad agropecuaria con sectores como los granos, donde creció solo 12% en 30 años, mientras que el sector pecuario avanzó 160%. Ante la presencia de un presidente en el vecino del norte, como Trump, es necesario impulsar políticas públicas para convertirnos en autosuficientes. De ser necesario, como hacen EU, Europa y Canadá, proporcionar subsidios al sector agrícola y cárnico. Ahí sí genera beneficios para todos.
Responsabilidad y Gobernanza Cada año los humanos producimos más de dos mil millones de toneladas de residuos sólidos, una cantidad que alcanzaría para formar una montaña de 25 veces el tamaño del Monte Everest, y más de 900 millones de toneladas de residuos orgánicos, mismos que serían suficientes para alimentar a dos mil millones de personas durante todo un año. La Fundación del Corporativo Kosmos, que preside Pablo Landsmanas, ayuda a combatir el hambre en el país, al evitar el desperdicio de alimentos. Por ello, su alianza con el Banco de Alimentos AMA, una organización liderada por María Contreras, colabora para que más hogares mexicanos puedan acceder a una alimentación saludable.