DESCUBRE DOS MOLÉCULAS CONTRA RESISTENCIA A ANTIBIÓTICOS

“Agentes antibacteriales para combatir patógenos”.

JOSÉ ALBERTO CASTRO
Columnas
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Una pandemia silenciosa se despliega ante nuestros ojos. Todavía no salimos plenamente de la de Covid-19 y científicos del mundo entero toman previsiones y advierten que la causa no es un nuevo virus desconocido sino unos microorganismos con los cuales hemos convivido mucho tiempo: las bacterias, que cada vez son más resistentes a los antibióticos.

La resistencia a antibióticos deja de ser un problema ignorado y hoy, gracias a la revista The Lancet, conocemos sus auténticas dimensiones, ya que la publicación médica-científica dio a conocer el año pasado el mayor estudio sobre resistencias bacterianas, en el cual se estima que cada año se producen 1.2 millones de muertes por infecciones comunes que no responden a los antibióticos (más que el sida, la malaria y el cáncer de pulmón).

A esa cifra hay que añadir cinco millones más de pacientes ingresados que adquieren una infección hospitalaria que precipita o causa su muerte.

Esta situación no se da por una evolución natural, sino por el mal uso de los antibióticos en el último medio siglo.

Por muchas décadas vimos a los antibióticos como una herramienta que salva millones de vidas cada año: en 1900 la esperanza de vida al nacer no llegaba a los 40 años y ahora supera los 80. Ahora bien, gran parte de la culpa de que las llamadas “superbacterias” hayan desarrollado resistencias se debe a la automedicación y al mal uso de los antibióticos, por desobedecer las pautas prescritas o por tomarlos para procesos en los que no están indicados, como las gripes o los resfriados.

También contribuye decisivamente el uso como tratamiento preventivo en las granjas de producción intensiva, donde el hacinamiento de los animales hace que cualquier foco infeccioso se propague con gran rapidez.

De acuerdo con Chris Murray, investigador de la Universidad de Washington y uno de los autores del estudio, “en menos de 30 años las superbacterias acabarán con la vida de diez millones de personas cada año, es decir, tres veces más que lo estimado para el coronavirus en 2020”. Por ello este científico, junto a otros en el mundo, llaman a actuar contra esta desafiante amenaza.

En México el joven maestro en Ciencias, Luis Mario Sánchez Palestino, investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN) ha emprendido la búsqueda de nuevos fármacos que contribuyan a combatir microorganismos de prioridad elevada para el estudio y desarrollo de nuevos antibióticos. En otros términos, este especialista adscrito al Centro de Biotecnología Genómica (CBG), ubicado en Reynosa, Tamaulipas, persigue encontrar nuevas moléculas contra la resistencia a antibióticos.

A punto de doctorarse en Ciencias con la especialidad en Investigación de Medicina, confía a Vértigo que gracias a la bioinformática ha podido emprender el desarrollo de diferentes fármacos en tiempo y costos reducidos.

Precisa que el empleo de técnicas computacionales le ha permitido agilizar el hallazgo de nuevos agentes antibacteriales para combatir patógenos como Staphylococcus aureus y Klebsiella pneumoniae, un par de bacterias que figuran entre las diez que más muertes causan y son patógenos recurrentes en infecciones intrahospitalarias o nosocomiales. Ambas están en la lista de microrganismos prioritarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas.

La razón por la cual el científico politécnico eligió para su estudio estas bacterias obedece a que distintas investigaciones demuestran mayores niveles de resistencia a diferentes familias de antibióticos y ponen en riesgo cada vez más la salud de la población.

Resultados positivos

La Klebsiella pneumoniae es especialmente peligrosa en hospitales; son susceptibles de contagio pacientes ingresados en las unidades de cuidados intensivos con trasplante de órganos, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), diabetes mellitus y neonatos.

Por otra parte, la Staphylococcus aureus causa problemas leves en la piel, pero este microbio puede ingresar al torrente sanguíneo y causar infecciones graves, las cuales pueden llevar a la septicemia o a la muerte.

Con dos años de trabajo de investigación Sánchez Palestino, mediante el diseño in silico (técnicas computacionales), ha encontrado dos nuevas moléculas con actividad antibacterial. Luego de varios tipos de pruebas comprobó que ambas son efectivas contra cepas resistentes de Staphylococcus aureus y Klebsiella pneumoniae.

Su primer paso fue hacer un filtrado de compuestos mediante la técnica de cribado virtual. Posteriormente realizó un análisis de acoplamiento molecular para identificar y seleccionar las que consideró como posibles moléculas con potencial actividad antibacterial. Encontró 500 compuestos con posibilidades.

En un segundo paso simuló en computadora el comportamiento de las moléculas elegidas con los blancos farmacológicos, seleccionó las mejor puntuadas e hizo la síntesis química. Eligió 32 y sintetizó 19, de las cuales evaluó in vitro 14.

De los 500 compuestos, dos mostraron actividad biológica. Siguiendo la metodología establecida por el Clinical and Laboratory Standards Institute usó ampicilina como fármaco de referencia para comparar la efectividad de los compuestos. Felizmente, comprobó que las moléculas identificadas como BL23 y BL30 inhibieron el crecimiento de las bacterias al aplicar concentraciones menores que el antibiótico.

Este resultado es sin duda asombroso porque demuestra que los componentes BL23 y BL30 inhiben el crecimiento de bacterias resistentes Staphylococcus aureus y Klebsiella pneumoniae. El hallazgo del científico del IPN abre la puerta a una siguiente etapa del proyecto enfocada a realizar estudios de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) para determinar el resistoma (resistencia a los antimicrobianos) presente en ambas bacterias e identificar cuáles genes de resistencia son activados con la ampicilina y cuáles con los compuestos BL23 y BL30.

El descubrimiento de Sánchez Palestino cobra relevancia porque aporta la posibilidad de potenciar lo que sería un nuevo antibiótico contra bacterias resistentes en un contexto mundial en el que prevalece la dificultad para investigar nuevos antibióticos. De hecho, varias grandes farmacéuticas han abandonado esas líneas de trabajo ante la baja rentabilidad y la perspectiva de que la aparición de resistencias les impida recuperar la inversión. Según la OMS en 2019 apenas se invirtieron 120 millones de dólares en la investigación de nuevos antimicrobianos, frente a los ocho mil 600 dedicados al cáncer.

Por su parte, el descubridor de las moléculas BL23 y BL30 apunta que “a pesar de que el desarrollo y aparición en farmacias de un nuevo antibiótico toma al menos una década, hoy contamos con la experiencia de lo ocurrido en la pandemia, donde se lograron las vacunas y un medicamento en un tiempo breve”.

Entretanto, este innovador de la investigación científica considera que “no es exagerado calcular que podemos volver a los tiempos en que cualquier infección, cualquier herida, podía ser letal y morir de las mismas pulmonías y procesos infecciosos por los que morían nuestros bisabuelos. Solo un control más vigilante del uso de los antibióticos y el apoyo público con fondos a la investigación podrá revertir las actuales previsiones sobre el poder de las superbacterias”.

Las 10 bacterias que más muertes causan por infección

1. Escherichia coli.

2. Staphylococcus aureus.

3. Klebsiella pneumoniae.

4. Streptococos pneumoniae.

5. Acinetobacter baumannii.

6. Pseudomonas aeruginosa.

7. Mycobacterium tuberculosis.

8. Enterococcus faecium.

9. Enterobacter SPP.

10. Estreptococo del grupo B.