Como que hay grupos interesados en apoderarse de edificios, vecindades y propiedades en general del Centro Histórico a través de juicios civiles y mercantiles al vapor, por denuncias anónimas, en los que hasta se ven involucradas personas fallecidas y que ejecutan en las madrugadas supuestos actuarios que se presentan con elementos de la Policía Bancaria y grupos de hasta de 100 personas que arbitrariamente se introducen al lugar y empiezan a sacar las pertenencias de los inquilinos y propietarios con violencia. Y la autoridad, como siempre.
“El caso es que estos desalojos se han incrementado en el Centro Histórico, en la alcaldía Cuauhtémoc, por lo que solicito a la Secretaría de Seguridad Ciudadana que proporcione seguridad a las personas que habitan predios que son desalojados. Y que atienda el llamado de los afectados”, dice la diputada local priista Esther Silvia Sánchez Barrios.
También pide “que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México investigue estos casos de desalojos que se realizan en forma extrajudicial y afectan principalmente a personas de escasos recursos o a quienes compraron una vivienda”.
No es nueva la actividad de despojo. La llevan a cabo a diario organizaciones que se dedican supuestamente a atender las necesidades de la gente que desea una vivienda. Pero ahora llama la atención que en la alcaldía Cuauhtémoc, y especialmente en el Centro Histórico de la ciudad, se den este tipo de arbitrariedades.
Ya de suyo es grave el problema que se enfrenta por el déficit de vivienda que hay, no de ahora, de muchos años atrás. Y el gobierno no construye vivienda popular. Solo el INVI a través de organizaciones civiles que más que ayudar lucran con la necesidad de las personas. ¡Uy, y ahora hasta se anuncian en redes!
“Somos nueve millones 209 mil habitantes en la Ciudad de México. Este gran número implica que hay una alta demanda de vivienda, servicios públicos y transporte. Además de que es una de las entidades con mayor actividad económica. Diversos sectores habitan predios con daños estructurales, causados por los sismos o por el paso de los años. Otros grupos están irregulares y otro sector busca inmuebles nuevos para formar su propio patrimonio. Todos ellos están en busca de vivienda en una ciudad que está sobrepoblada”, explica Sánchez.
Tiene razón, es una ciudad sobrepoblada y la demanda de vivienda rebasó hace mucho a las autoridades. El abuso de las constructoras orilló a suspender la Norma 26, que daba apoyos con el fin de que se construyera vivienda popular. ¿Qué pasó? Pues que en lugar de vivienda accesible se construyeron unas de lujo a precios que un trabajador no podía costear. Y fue todo un auge, ya que con el pretexto de la norma se otorgaron permisos para beneficio de las constructoras.
Dato curioso: nunca se pudieron demoler ni los pisos de más ni se vendieron a precios populares. Y fue tal el escándalo que se suscitó, que el gobierno optó por dejar esa norma en un impassehasta la fecha. Aunque usted no lo crea…
El bolso de Laura…
Ahora déjeme contarle que los ánimos siguen exaltados en el Congreso de la CDMX, lo que se hizo evidente el martes 28, cuando abruptamente se suspendió la sesión al negarse el grupo morenista a votar un punto de acuerdo de apoyo a trabajadores del gobierno capitalino. Ante los gritos de un grupo de trabajadores que ahí se encontraban, comenzaron a salir del recinto los diputados guindas y dejaron solos a los blanquiazules. Era la segunda sesión de la semana, puesto que se van de vacaciones Ojalá regresen con mejor carácter, ¿no?...