DESAFÍOS DE LA ECUACIÓN DE DRAKE

“El viaje interestelar es imposible para nosotros y para ellos”.

J. Alberto Castro
Columnas
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“¿Dónde está todo el mundo?”, preguntó el físico italiano Enrico Fermi durante una comida en el laboratorio acompañado por sus colegas Edward Teller, Herbert York y Emil Konopinski. Presa de la inquietud metafísica perfiló entonces la Paradoja de Fermi, la cual se resume así: si hay tantas estrellas en la galaxia y tal fracción de estrellas tiene planetas y tal fracción de planetas está a la distancia adecuada de su sol, etcétera, ¿los extraterrestres dónde están, ya estarían aquí?, ¿una civilización desconocida habría hecho contacto?

Y, sin embargo, lo cierto es que no ha ocurrido, nadie nos ha contactado.

Tiempo después el astrónomo Frank Drake desafío a la ciencia de los sesenta al pensar en la posibilidad de vida extraterrestre y elaborar en esa misma época (1961) la ecuación más famosa de la astrofísica después de E=mc²: una expresión para estimar el número de civilizaciones observables en nuestra galaxia, la Vía Láctea.

El innovador científico estadunidense estaba convencido de que el primer contacto con una civilización extraterrestre ocurriría durante su vida. No fue así, pues murió el pasado 2 de septiembre, a los 92 años.

Sin embargo, hoy podemos decir que su ecuación totalmente especulativa de alguna forma sigue vigente, ya que continúa vivo el interés por contactar a otra civilización y quizá por el desasosiego de estar solos en el Universo.

Leticia Carigi Delgado, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, explica a Vértigo que la icónica ecuación estima el número de civilizaciones extraterrestres en la Vía Láctea y que dominan tecnologías comunicativas a través de ondas electromagnéticas.

“Drake decía que este número era igual al producto entre la tasa de formación estelar (el único parámetro que entonces era calculable mediante la observación), el porcentaje de estrellas dotadas de sistema planetario (hoy se estima que al menos la mitad de las estrellas tienen uno), el número medio de planetas habitables en cada uno de estos sistemas, el porcentaje de ellos donde se desarrolle la vida, el porcentaje de ellos donde la vida sea inteligente, el porcentaje de ellos donde la vida inteligente cree una sociedad tecnológica, y todo ello multiplicado por el número de años que dure esta civilización tecnológicamente avanzada”, comparte la doctora en Astrobiología.

Dice la académica que “él estaba convencido de su ecuación supeditada —principalmente— a la duración de la civilización extraterrestre, la cual tendría la capacidad de enviar y recibir ondas electromagnéticas para la comunicación. Fue pionero en la búsqueda de vida extraterrestre, consciente de que la única civilización conocida es la nuestra. Por supuesto, le hubiera fascinado tener este contacto. Dentro de sus capacidades y con la tecnología de su momento lo procuró. Aunque no tuvo respuesta, esto no invalida para nada su ecuación”.

En 1972 Drake codiseñó la Placa Pioneer, un mensaje ilustrado instalado en las naves espaciales Pioneer 10 y Pioneer 11, que incluía una ilustración de un hombre y una mujer, nuestro Sistema Solar y un mapa que señalaba la posición del Sol en la galaxia.

También fue director técnico del Voyager Golden Record, el icónico compendio de imágenes y sonidos de la Tierra que, al igual que la placa Pioneer, es una especie de mensaje en una botella que la humanidad ha lanzado a los mares del espacio.

De acuerdo con la investigadora universitaria es imposible aún resolver la ecuación porque se desconocen los valores y las cifras de algunos factores. Solo el factor R (formación de estrellas) es bien conocido debido a la gran cantidad de datos astronómicos disponibles.

Incluso, dice la experta, actualmente los investigadores cuentan con otros datos, como los exoplanetas detectados hasta el momento, los planetas del Sistema Solar y el conocimiento de la vida en la Tierra (desde la básica hasta la inteligente), lo que les ha permitido estimar los factores fp, ne, fl, fi y fc con cierta precisión.

De la variable L plantea que “es la más decisiva de la ecuación, pero lamentablemente es la más desconocida; hasta el momento no se han detectado civilizaciones extraterrestres y tampoco sabemos cuánto durará nuestro mundo y nuestra cultura”.

En otros lugares del planeta trabajan investigadores como el italiano Osvaldo Faggioni, del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, quien introdujo el parámetro del campo magnético planetario en la fórmula de Drake; y James Benford, quien propone incluir la búsqueda de artefactos alienígenas (una suerte de sondas de civilizaciones extraterrestres que podrían estar presentes en la región cercana a la Tierra).

Gracias al telescopio espacial Kepler de la NASA y otras misiones los astrónomos saben ahora que hay tantos planetas en la Vía Láctea como estrellas, entre 100 mil y 400 mil millones. De ellos, cientos de millones podrían ser planetas rocosos del tamaño de la Tierra que orbitan alrededor de estrellas a la distancia adecuada para alojar agua líquida. Muchos astrónomos creen que un día podríamos encontrar indicios de vida en uno de esos mundos lejanos.

Generaciones

“Cuando se planteó, la ecuación de Drake manejaba siete elementos con base en los conocimientos de la época sobre formación planetaria y evolución de vida terrestre.

No obstante, en las últimas décadas se añadieron nuevos factores gracias a los descubrimientos de otros sistemas planetarios, propiedades en satélites naturales (o lunas), en planetas del Sistema Solar, el creciente entendimiento de la amplia biodiversidad en la Tierra, entre otros conocimientos astrobiológicos”, sostiene Carigi.

Sin embargo, para la estudiosa de los misterios del Universo existen otros factores fundamentales que la ecuación no maneja y pueden ser fundamentales para que nunca entremos en comunicación con otras civilizaciones de la galaxia.

El primero y más alarmante es que “somos testigos de cómo el cambio climático puede causar estragos en el planeta. Las temperaturas medias en constante aumento alimentan incendios forestales, huracanes y otros desastres cada vez más intensos que ahora son imposibles de ignorar. De hecho, los científicos hacen sonar la alarma una vez más de que en 2050 iniciaría el fin del mundo por el cambio climático”.

En la genial ecuación de Drake un elemento muy importante es el tiempo de vida de una civilización tecnológica. Si nuestra civilización no perdura más siglos y, por ejemplo, llega a su fin en 2100, se puede dar la situación de tal vez no coincidir en el mismo espacio-tiempo para permitir una interacción con otra posible civilización.

“Soy pesimista porque al paso que va nuestra civilización solo podría tener 100 o 200 años de comunicación a través de ondas electromagnéticas u otra opción; y no obstante, después vamos a la extinción”, zanja.

Una posibilidad de encuentro implicaría que dichas civilizaciones inteligentes viajaran a altísimas velocidades y nos contactaran. Empero el dato más relevante es que no hay ninguna señal de que esto pudiera ocurrir. Asegura Carigi que el viaje interestelar es tan imposible lo mismo para nosotros que para ellos, porque las distancias son inconmensurables. Un viaje interplanetario duraría varias generaciones humanas y no contamos aún con la tecnología necesaria.

El mejor ejemplo de dónde estamos ubicados es el de la Voyager 2, que tardó 40 años en ir más allá de la heliosfera, la región bajo el campo magnético del Sol, pero no será hasta dentro de 296 mil años cuando pase cerca de Sirio (a 8.6 años luz del Sistema Solar), la estrella más brillante de nuestro firmamento.

Todo un viaje interestelar para la sonda espacial robótica y que parece inabarcable, con la tecnología actual, para un viaje con seres humanos.

Ecuación de Drake

Para calcular el número de civilizaciones inteligentes se necesita el producto de siete términos transdisciplinarios englobados en tres ámbitos:

A) Astronomía

1. R: Número de estrellas de tipo solar que se forman por año.

2. fp: Fracción de estrellas de tipo solar con un sistema planetario.

3. ne: Número de planetas en un sistema planetario con condiciones de alojar vida según la distancia a su estrella, es decir, el número de planetas situados en la zona habitable del sistema.

B) Química/Biología/Sociología

4. fl: Número de planetas ubicados en la zona habitable donde podría surgir la vida básica.

5. fi: Número de planetas donde la vida básica se desarrolla a vida inteligente.

6. fc: Número de planetas donde la vida inteligente despliega tecnología a través de señales con ondas electromagnéticas al resto de la galaxia.

C) Duración de cada civilización

7. L: Tiempo promedio que una civilización domina las ondas de comunicación emitidas hacia el espacio.