¿CRISIS MIGRATORIA O REACOMODO CÍCLICO?

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Migrantes

No hay duda de que uno de los eventos más dolorosos para cualquier ser humano es la acción forzada de buscar un nuevo asentamiento geográfico donde fincar su vida y sustento. A pesar de que ya en la realidad esto se vislumbra con habitualidad, de ninguna manera es una condición natural que se tenga que abandonar la tierra de cuna para buscar allende de las fronteras una mejor calidad de vida.

Sin embargo, es de subrayarse que no estamos viendo nada nuevo bajo el sol y hay que reconocer con justicia que de manera permanente hemos escuchado que estamos ante la existencia de una crisis migratoria; tal cual como si se tratara de una situación continuada que nunca ha encontrado solución o paliativos.

Pero lo que sin duda también es cierto es que las grandes oleadas migratorias han tenido origen en situaciones de conflicto agudo o de crisis en sí. Posteriormente a tal crisis que impulsa y catapulta el desplazamiento humano masivo, sobreviene un periodo de aclimatación que empieza a mimetizar sociedades receptoras y masas migrantes, y finalmente se llega a un periodo de resolución en el que se materializa un equilibrio deseado. A riesgo de ser simplista, pero estos serían los pasos por los que toda movilización humana ha pasado.

Si nos referimos a la gran migración europea hacia la América novedosa, a eso de mediados del siglo XIX, devino de una escasez económica y un polo de atracción hacia una prometida bonanza que duró cerca de 80 años en encontrar un equilibrio. En caso de aludir a la reconfiguración de Europa y América ante los millones de desplazados obligados por la Segunda Guerra Mundial el punto de partida que impulsó la enorme migración está más que claro. Por igual, conflictos más cercanos como la guerra de los Balcanes también arrojaron cientos de miles de migrantes a distintos confines europeos e incluso americanos, además de que dicha situación tomó prácticamente dos décadas para encontrar el deseado equilibrio en esos grandes flujos de personas movilizadas.

Encrucijada

Es sumamente conocida y sonada la situación por la que atraviesa nuestro país. Por igual es de todos conocido que la gran aportación de México en torno de sus migrantes se da en aras de integrar una fuerza productiva en Estados Unidos que para muchos no tiene par. Ha sido costumbre inveterada que el migrante mexicano encontrara una rápida integración laboral en la informalidad norteamericana, que para todos resulta en una simbiosis virtuosa.

Hoy México está en una encrucijada que bien es equiparable a una crisis que se apersona por dos vías; por una parte, la expulsión de connacionales desde Estados Unidos; y, por otra, el cierre de facto de la frontera norte, lo cual estanca los flujos migratorios provenientes del sur en nuestro territorio.

Ante el primer punto el tratamiento deseable es la procuración de la más alta exigencia por el respeto a los derechos humanos y la protección consular y diplomática de nuestros migrantes. Adicionado a lo anterior, por supuesto, se requieren políticas públicas de integración a la productividad nacional, lo cual en las condiciones de la economía se antoja complicado.

Por lo tocante al segundo punto estamos en un punto de inflexión donde como país debemos decidir si aquellos grandes mares de migrantes caribeños, así como los centro y sudamericanos, pasan por igual por una política de absorción o en su caso procuramos el cierre y el rechazo a su estancia en nuestro territorio.

De estas decisiones dependerá llegar a esos deseados puntos de equilibrio en el ciclo de crisis migratoria que actualmente tanto nos preocupa. Es desde las políticas públicas que se propiciarán soluciones que tiendan a llegar a un equilibrio entre la integración social positiva y el aprovechamiento de fuerza de trabajo y capital humano a aplicarse en la productividad económica.

Lo que sí es cierto es que no podemos quedarnos cruzados de brazos mientras cada vez más saturamos las ciudades fronterizas, las cuales en algunos casos están llegando a la inviabilidad. La verdad es que el tema migratorio permanecerá visible por décadas hasta que se consiga estabilidad. Depende de nosotros.