En las instalaciones del Colegio de Defensa Nacional y del Centro de Estudios Superiores Navales, del 22 al 24 de octubre y teniendo como antecedente y base para el análisis las identidades culturales que hay entre nuestros países, se llevó a cabo la XXV Conferencia de Directores de Colegios de Defensa Iberoamericanos.
Cada uno de estos encuentros tiene sus características específicas, como corresponde a la dinámica internacional. Por ejemplo, cuando debieron suspenderse en presencial para realizarse de manera virtual durante la pandemia.
Un dato importante a considerar es que este tipo de actividades nos remite a la activa diplomacia militar que las Fuerzas Armadas y las Secretarías de la Defensa Nacional y Marina-Armada de México desarrollan desde hace varios años.
En esta ocasión no es diferente en cuanto a la proyección de los intereses y poder nacional en el contexto de la tensa situación que vivimos; una coyuntura internacional peligrosa que por infortunio amenaza con crecer en términos geográficos y extenderse cronológicamente. Me refiero a la invasión rusa a Ucrania, así como al conflicto armado entre Israel y las organizaciones terroristas Hamás y Hezbolá.
Dos acontecimientos simultáneos deben considerarse en el análisis para el diseño de las políticas de defensa y militar. El primero, el desarrollo de la reunión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) llevada a cabo en Bruselas el 17 de este mes, misma que encabezó su nuevo secretario general, Max Rutte, así como la posterior (día 18) reunión de los ministros de Defensa del Grupo de los 7 (G7) (Estados Unidos, Canadá, Italia, Alemania, Francia, Reino Unido y Japón), celebrada en Nápoles, Italia.
Se trató de encuentros donde el refrendo al apoyo a Ucrania frente a la agresión de Rusia quedó patente.
Incluso utilizando un lenguaje y fraseo más decidido, el jefe del Departamento de Defensa de Estados Unidos, general Lloyd Austin, no dejó lugar a dudas al respecto luego de su visita al presidente Volodímir Zelenzky en Kiev, apenas concluida la reunión de Bruselas. Por otra parte, el anuncio de un apoyo adicional de 425 millones de dólares por parte de la OTAN a Ucrania es otra evidencia del creciente compromiso de la organización con ese país.
A lo anterior, deben sumarse la asistencia de países aliados de la OTAN —como Japón, Israel y Corea del Sur, entre otros—, así como la del ministro de Defensa de Ucrania.
Escalada
El segundo aspecto crucial que ambientó la XXV Conferencia de los Directores de Colegios de Defensa Iberoamericanos fue el ya confirmado envío de tropas de Corea del Norte a Rusia.
Rutte declaró el lunes 20 que esa decisión sería una escalada significativa en el conflicto y la más que viable condición para la expansión de la guerra. Recordemos que cuando el presidente de Francia, Emmanuel Macron, expuso la posibilidad de que soldados de su país acudieran a combatir del lado de Ucrania, Vladimir Putin señaló que eso sería una declaración de guerra por parte de la OTAN en su conjunto.
Otro escenario, como se apuntó, es la constante escalada del conflicto armado entre Israel y las organizaciones terroristas de Hamás y Hezbolá.
Los enfrentamientos y bombardeos ya se han ampliado a Líbano e Irán, mientras la presión aumenta en la zona.
En ese ambiente se desarrollaron los trabajos y conferencias de la reunión, teniendo como sede la Ciudad de México. Seguiremos con el tema.