No hay sorpresas, ni habrá cambio de rumbo en la historia de México. Strike cantado vale doble. El primer proyecto verdaderamente transexenal en la historia moderna del país es un hecho.
Al margen de que Morena se mantenga como el partido en el poder, lo evidente es que el proyecto de nación de Andrés Manuel López Obrador tendrá continuidad más allá del 1 de octubre.
La estructura de gobierno, incluidas las reuniones tempraneras de seguridad y las conferencias mañaneras, permanecerán. Los programas sociales se ampliarán y las iniciativas que envió al Legislativo tendrán continuidad. La reforma judicial y la supresión de los organismos autónomos puede darse como un hecho. El compromiso de construir el segundo piso de la 4T es real y palpable, no se trata de una expresión de campaña o una postura política.
De hecho, la ruta fue confirmada y ratificada; no hay sobresaltos, ni variaciones; en esencia el rumbo se mantendrá, aunque con una modificación de los principales actores de la política nacional, en principio con el arribo de Claudia Sheinbaum a la titularidad del Poder Ejecutivo como primera presidenta de México.
El mensaje que emitió tras recibir la constancia que la acredita como presidenta electa para el periodo 2024-2030 solo confirmó los hechos, sin mayor novedad. Cada una de las líneas que planteó fue clara, incluido el hecho de que el vocablo en su caso será presidenta, sobre todo porque durante la campaña fue uno de los principales puntos que resaltaron los integrantes de la 4T.
Mandato
El rumbo del país, en los próximos seis años está cantado y delineado desde ahora. En los hechos la presidenta electa reconoció a las magistradas y magistrados su respeto a la voluntad popular y su ejercicio democrático. En los hechos el discurso de que es el tiempo de mujeres solo resalta una tendencia que desde hace más de una década comenzó a registrarse en el ejercicio del poder con la elección de presidentas municipales, gobernadoras, diputadas y senadoras, así como con la designación de mujeres al frente de organismos autónomos y Poderes como el Legislativo y el Judicial.
Esto incluido el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), donde Janine Otálora tuvo hace años la oportunidad de estar al frente.
El discurso se mantendrá en el mismo tono y tendencia, en lo que hace a la comparación con el pasado.
Al respecto la presidenta electa señaló: “Dicho de otra forma, la mayoría de los mexicanos no quiere que vuelva un gobierno al servicio de unos cuantos o la prepotencia, o el influyentismo, no quieren que regrese ni la corrupción ni los privilegios. Ese es el mandato del pueblo de México y nos corresponde seguir haciéndolo realidad. Es decir, el mandato es claro: continuar y avanzar con la Cuarta Transformación de la vida pública que inició en 2018 el presidente López Obrador; y como lo ofrecí y lo manifesté en todo el proceso electoral, eso significa seguir construyendo un México libre, de bienestar, un México de derechos, en paz, fraterno, independiente, soberano, democrático y justo”.
El rumbo está definido de forma clara y prístina, por lo que no hay sorpresas.
Por lo que hace al particular estilo de gobernar habrá que esperar a que Sheinbaum rinda protesta y se ciña la banda presidencial, para empezar a constatar la forma en la que estará al frente de la conducción del destino de México.
Las acciones a seguir están establecidas desde ahora, por lo que hay ruta.
Lo dicho: cantado vale doble.