De manera formal, aunque ya era más que sabido, Kamala Harris fue electa candidata del Partido Demócrata a la Casa Blanca, junto con el prestigiado gobernador de Minnesota, Tim Walz, para la vicepresidencia.
Con el unánime apoyo de los principales líderes partidistas y dos expresidentes, William Clinton y Barack Obama —junto con sus esposas—, el hoy partido en el poder se apresta para enfrentar a un poderoso candidato del Partido Republicano, Donald Trump, que ha iniciado su insólita tercera campaña consecutiva.
Y señalo insólita campaña porque, como sabemos, por mandato constitucional en ese país un presidente solamente puede ocupar por dos ocasiones dicho cargo y nunca más. Sin embargo, en el caso de Trump, al ser derrotado en las elecciones de 2019 por Joseph Biden cuando buscaba la reelección, ahora tiene todo el derecho de volver a competir. Así que 2015, 2019 y 2024 quedarán en el anecdotario de la vida política estadunidense, pues desde Franklin D. Roosevelt —quien fue último presidente en ser electo por cuatro ocasiones consecutivas— ahora el aspirante por los republicanos cuenta con posibilidades de regresar a la Casa Blanca. Veremos.
México
Por lo que hace a los intereses de nuestro país, fundamentales para su desarrollo económico y comercial, el radicalismo de Trump parece incontenible.
Sus posturas aislacionistas y proteccionistas, que van acompañadas de marcados pronunciamientos racistas, xenófobos y de otras intolerancias (ideológicas, homofóbicas) se refrendaron durante la semana pasada al pronunciarse abiertamente por, dado el caso y de continuar lo que para él son abusos de parte de México en cuanto al intercambio comercial, acabar con el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC).
Por su lado, Kamala Harris, debido a que tiene unos cuantos días en la formal posición de candidata presidencial, aún no ha hecho pronunciamientos específicos respecto de la compleja y complicada relación con México, que como sabemos tiene una amplia variedad de temas: migración, tráfico de drogas, violencia criminal fronteriza, tráfico de armas, comercio y medio ambiente entre los principales. Usualmente el Partido Demócrata mantiene posturas liberales y un poco más (aunque no mucho) dispuestas al diálogo y negociación hacia nuestro país. Sin embargo, como lo he apuntado, la posibilidad de que dos mujeres por primera vez en sus respectivos países ocupen la titularidad del Poder Ejecutivo es, sin duda, la posibilidad del inicio de una nueva etapa de entendimiento y acercamiento de posiciones donde ambos gobiernos y sus sociedades pueden obtener beneficios.
Más aún para el caso del país fronterizo del norte, pues luego de las simbólicas elecciones de Obama hoy de nueva cuenta una hija de migrantes de primera generación está en reales condiciones de asumir la dirección de la potencia preponderante a nivel mundial. Un paso muy importante, en el caso de realizarse, para las democracias liberales en el mundo. Sin duda.
Por eso para los intereses nacionales de México es muy importante el proceso electoral de ese país, así como sus resultados. En los hechos, de ganar la aspirante demócrata se pondrá, sin discusión, el ejemplo de la pluralidad, la integración social y sobre todo el talante cívico de ese electorado.
Falta poco, quizás algunos días, para que se comiencen a decantar las posturas de las y los demás aspirantes al Senado y a la Cámara de Representantes rumbo a los comicios del 5 de noviembre. Ya analizaremos los pronunciamientos de los aspirantes estadunidenses al respecto, en las próximas entregas.