BELLEZA ALTRUISTA

Daniela Suárez
Columnas
Belleza altruista

Aunque viajemos por todo el mundo para encontrar la belleza, debemos llevarla con nosotros para poder encontrarla.

Emerson

Es sabido y muy normal que los seres humanos hacemos juicios sobre otras personas de manera rápida y natural. Hacemos juicios de cómo se ven y se visten los demás, formamos opiniones sobre si los otros son atractivos, confiables, si parecen inteligentes o si dan mala espina; y todos estos juicios que se dan en un instante forman la base de las interacciones sociales.

Ahora un estudio muy curioso reveló que se espera en automático que las personas consideradas como atractivas den más, es decir, las personas esperan que los individuos atractivos se comporten de forma más prosocial.

También reveló el experimento que los que esperaban que las personas atractivas se comportaran de forma más prosocial también tendieron a juzgar como más atractivos a los individuos que se comportaban de forma prosocial.

El estudio, liderado por Kajsa Hansson y publicado en el Journal of Economic Behavior and Organization, tenía como objetivo entender por qué la gente suele basarse en el físico para formarse expectativas sobre el comportamiento prosocial de los demás. Para llegar a ello los investigadores realizaron primero un estudio previo en el que un grupo de 100 participantes jugó a un juego donde un participante decidía cuánto dinero (o fichas) de una suma que recibió le iba a dar a otro jugador. El otro jugador no influía en esta decisión. Darle dinero o fichas al otro jugador en el juego se consideraba un comportamiento prosocial.

Avatares

Los investigadores registraron el grado de comportamiento prosocial de cada jugador y crearon avatares que se parecían a ellos.

El experimento principal constaba de dos partes. En la primera parte se presentaron a los participantes ocho avatares (cuatro masculinos y cuatro femeninos) de participantes del estudio previo y se les pidió que adivinaran cuántas fichas daba el participante representado por el avatar al otro jugador.

De los avatares, 50% eran atractivos y 50% menos atractivos. Los investigadores querían saber si los participantes creían que los avatares atractivos daban más fichas al otro jugador, es decir, si se comportaban de forma más prosocial. En la segunda parte se presentaron a los participantes avatares medianamente atractivos e información sobre cuántas fichas daba cada uno a la otra persona en el juego.

Después se les pidió que recordaran cuántas fichas había dado cada avatar y que evaluaran su físico. Los resultados de la primera parte mostraron que en promedio los participantes esperaban que los jugadores con avatares atractivos hubieran dado 46 fichas al otro jugador, mientras que esperaban que los jugadores con avatares poco atractivos hubieran dado 36 fichas. En otras palabras, los participantes creían que los jugadores con avatares atractivos se comportaban de forma más prosocial.

La segunda parte del experimento reveló que los avatares de los jugadores que daban más fichas a la otra parte eran percibidos como más atractivos.

En la escala de atractivo de cero a 100 los jugadores egoístas recibieron en promedio una puntuación de 45, mientras que los jugadores prosociales recibieron una puntuación de 48. Esto ocurrió a pesar de que todos los avatares eran atractivos.

Por último, los resultados mostraron que los individuos que creen que las personas atractivas son prosociales también tienden a ver a los individuos prosociales como más atractivos.

¿Y tú qué tanto das?