EL ANHELO DE LA AUTOSUFICIENCIA ALIMENTARIA

“La escasez de agua será otro de los obstáculos a vencer”.

Columnas
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Autosuficiencia alimentaria

La producción del campo en México ha estado a lo largo de décadas en el foco de atención de todos los gobiernos, tanto federales como estatales. La pretensión de lograr que el país sea autosuficiente en la producción de alimentos, en el plano histórico no solo se ha centrado en el maíz, sino también en productos como la caña de azúcar y el arroz.

Durante años han sido variadas las vertientes de atención: se han entregado tractores de todo tipo y tamaño; semillas y fertilizantes; se han hecho esfuerzos por promover la organización de productores; e incluso se ha promovido la exportación de productos del campo.

Un elemento llamativo en el pasado reciente es la pugna derivada del cultivo de maíz transgénico para favorecer a las especies nativas.

En suma, lo evidente es que el propósito de alcanzar la autosuficiencia alimentaria y lograr el desarrollo del campo en México tiene a partir de ahora una nueva vertiente. El programa y acciones presentados por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en lo inmediato recuerdan al añejo Sistema Alimentario Mexicano (SAM), lanzado en la década de 1980 por el gobierno en turno.

Ahora, a casi medio siglo de distancia, el propósito se mantiene y es hasta donde se aprecia saludable que se retome y relance con toda seguridad con el análisis previo de lo sucedido con anterioridad a efecto de concretar el objetivo en el corto y mediano plazo.

En principio lo evidente es que la transformación y desarrollo, así como la tecnificación del agro nacional, requerirá de años de trabajo intenso y permanente.

Hace más de cuatro décadas Jorge de la Vega Domínguez fue ubicado como el principal impulsor del denominado popularmente SAM, que despertó —como el programa actual Cosechando Soberanía— esperanza y puso en movimiento a los productores del campo.

El propósito era el mismo: lograr la autosuficiencia alimentaria y fortalecer la producción del campo mexicano. Así se intentó inicialmente, pero con el paso del tiempo quedó rebasado.

De hecho, a lo largo de la historia política del país no ha habido gobierno que no haya intentado apoyar a los productores del campo de diversos modos, sin alcanzar la autosuficiencia alimentaria.

Sequía

Por otra parte, un elemento fundamental que deberá superar la 4T y tendrá que concretarse en primera instancia es la presencia y operación del crimen organizado.

Ello conlleva la necesidad de que el gabinete de seguridad actúe de manera inmediata y directa para brindar certeza en la operación a los productores del campo. Ese, en este momento, sin duda será el obstáculo a vencer, además por supuesto de la sequía: la escasez de agua, sumada al incremento de zonas áridas serán otro de los obstáculos a vencer en el corto plazo. Las buenas cosechas están ligadas indisolublemente a una buena temporada de lluvias, pocas granizadas y heladas.

El panorama es claro: los buenos propósitos en torno de la producción del campo han estado presentes en las administraciones federales a lo largo de más de medio siglo. El anhelo permanece y su relanzamiento es más que adecuado, pero lo fundamental es tomar en cuenta que los resultados no se verán materializados en pocos meses o en un año, y no dependen solo de las acciones gubernamentales sino también del clima y el medio ambiente.