El pasado domingo 17 de noviembre Arturo Chacón nos dio una gran sorpresa al debutar en uno de los más prestigiados teatros de ópera del mundo: The Metropolitan Opera House de Nueva York (Met). Y todo sucedió como ocurren, en ocasiones, los grandes acontecimientos.
Resulta que transcurría la función de Il Trovatore, de Giuseppe Verdi (una obra de la mayor complejidad imaginable), cuando repentinamente el tenor Michael Fabiano se sintió indispuesto para continuar con el segundo acto de la ópera, lo cual obligó a la producción y dirección artística del Met a llamar como relevo a Chacón.
Era la primera vez que pisaba el escenario de esta imponente casa de ópera. Y lo hizo maravillosamente. Solo imaginen lo que significa entrar de relevo en una obra de tal dificultad, para completar la faena y salir airoso en medio de una ovación. Y no es que el papel le sea ajeno a Arturo, pues ya lo ha interpretado en otros escenarios, como lo fue la ópera de San Francisco. Pero los que saben de lo que hablamos podrán coincidir conmigo en que el Met es el Met.
Este orgullo mexicano repitió la hazaña, pero ahora sí de principio a fin, el 22 de noviembre, con un sonoro y merecido éxito.
Arturo Chacón es un tenor lírico fuerte que se aproxima a spinto. Nació en Sonora el 20 de agosto de 1977 (tiene 47 años). Y, aunque usted no lo crea, comenzó su carrera cantando como mariachi para más adelante ir refinando voz y género —ya en la Ciudad de México— en la Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano AC (SIVAM), encabezada por Pepita Serrano, obteniendo sendas titulaciones en el Boston University College of Fine Arts y el Estudio de Gran Ópera de Houston, entre otros cursos.
En 2005 ganó el concurso Operalia y ha sido acompañado —más bien guiado— por dos poderosos padrinos: Plácido Domingo y Ramón Vargas, otro gran tenor mexicano.
Formidable
Chacón ha cantado en las principales casas operísticas del mundo (La Scala de Milán; Washington Opera; Houston Opera Magnífica; Berlín Staatsoper; Los Angeles; obviamente, el Palacio de Bellas Artes de México; Opera de Lyon), además de haberse presentado en el Carnegie Hall de Nueva York y el Teatro Real de Madrid, entre otros.
A su edad, ya ha hecho los roles principales de óperas, como Cavaradossi en Tosca (Puccini); Rodolfo en La Bohème (Puccini); Pinkerton en Madame Butterfly (Puccini); Alfredo en La Traviata (Verdi); el Duque de Mantua en Rigoletto (Verdi); Idomeneo, en la ópera del mismo nombre (Mozart); Tamino en La flauta mágica (Mozart); Nemorino en El elixir de amor (Donizetti); Don José en Carmen (Bizet); Edgardo en Lucia de Lammermoor (Donizetti), entre otros papeles destacados.
En entrevista para ProOpera en su edición mayo-junio de 2019 Arturo habló sobre su regreso a Bellas Artes a fin de interpretar a Fausto en La condenación de Fausto, de Berlioz. Obra maravillosa. Ahí dijo: “Uno tiene que interpretar el rol del modo más humano posible para que la gente simpatice con él, para comprender por qué vendió su alma al diablo. El error de muchos intérpretes ha sido dar por sentado que se debe cantar sin expresar la desesperación de Fausto por ser feliz”.
En fin. Volvemos a la nota principal. Para anunciar tan importante acontecimiento inaugural el propio Chacón —cuya presencia escénica y personalidad son simplemente formidables— anunció en su cuenta de Facebook: “Hoy hice mi debut en el Met. Entré de última hora a salvar la función de Trovatore. Estoy sintiendo tantas emociones, que me cuesta ponerles palabras. Gracias a todo el mundo que me estuvo apoyando y ayudando este día tan ajetreado”. Palabras sencillas de un gigante del mundo operístico. ¡Bravo, maestro!