Detrás de las imágenes que dieron vuelta al mundo mostrando el baile del presidente estadunidense Barack Obama en una cena de Estado durante su reciente visita oficial a Kenia subyace una estrategia política regional mucho más coreografiada: detener el avance de China y reforzar la lucha contra el extremismo islámico.
Su polémica gira por el este de África marca un hito en el legado de su mandato al regresar a Kenia, país natal de su padre, por primera vez desde que es presidente y convertirse en el primer mandatario estadunidense que visita Etiopía.
Sin embargo, su paso por estas dos naciones africanas también revela una sensación de decepción entre todos aquellos que esperaban una presencia más activa del primer presidente afroamericano de Estados Unidos en la región.
A pesar de que el gobierno de EU busca mostrar su compromiso con el desarrollo de los países de África subsahariana, Obama solo había visitado la región en dos ocasiones anteriores: en 2009 a Ghana y en 2013 a Tanzania, Senegal y Sudáfrica. Aún con la celebración de la cumbre EU-África en agosto de 2014 y la implementación del plan Power Africa para llevar electricidad a 60 millones de hogares, el cambio de actitud tal vez llega demasiado tarde.
Asimismo, su visita a Etiopía generó intensas críticas al tratarse de un país que posee uno de los regímenes más represivos de África, ubicado en el lugar 125 de un estudio de 165 naciones en el Índice Democrático 2014 de The Economist Intelligence Unit y donde los partidos de oposición obtuvieron solo uno de los 547 escaños parlamentarios en las elecciones celebradas hace dos meses.
El régimen autoritario del presidente Hailemariam Desalegn también ha sido señalado por la represión contra activistas y periodistas, mientras que en Kenia, por ejemplo, el presidente Uhuru Kenyatta fue acusado de cometer crímenes contra la humanidad tras las elecciones de 2007 por la Corte Penal Internacional.
Espaldarazo
En el discurso, Obama intenta promover los valores de democracia y buena gobernanza; incluso se dirigió a la Unión Africana al culminar su gira en Etiopía y criticó la permanencia en el poder de algunos autócratas africanos al hablar del peligro de una “democracia solamente de palabra, pero no en esencia”; sin embargo, con solo su presencia ambos países recibieron un espaldarazo importante.
China se ha convertido en el mayor agente comercial del continente africano desde 2009, con un comercio anual de casi 222 mil millones dólares en forma de materias primas. Las empresas chinas han emprendido grandes proyectos de infraestructura en varios países africanos, entre ellos Kenia. A su vez, Etiopía es una de las principales economías africanas con un crecimiento superior a 10% durante la última década y en donde la inversión extranjera directa aumentó casi 250% el año pasado con respecto del anterior.
Sin embargo, la estrategia estadunidense de contener la fuerza comercial de China mientras se garantiza la estabilidad de la región contra grupos radicales como Boko Haram y Al-Shabaab corre el riesgo de fomentar únicamente cambios cosméticos. Probablemente será su último viaje a África como presidente y aún está por verse si el llamado de Obama no perdura como una simple anécdota del baile que se volvió viral.