NO ES LO MISMO VER LOS TOROS DESDE LA BARRERA

Se privilegió el machetazo antes que el bisturí.

Lourdes Mendoza
Columnas
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La crítica de la izquierda opositora en México siempre fue que el gobierno en turno, al carecer de toda legitimidad, necesitaba del uso de la fuerza pública para llevar a cabo medidas a todas luces impopulares.

Así fue cuando en 2006 se echó mano del hoy extinto Estado Mayor Presidencial para cercar el Congreso de la Unión y permitir la toma de protesta del entonces presidente electo Felipe Calderón.

Hoy que están en el poder, 14 años después, es precisamente la izquierda la que se ve en la necesidad de hacer uso de la fuerza pública para aprobar la extinción de 109 fideicomisos que hoy dispersan recursos a causas y temas tan variados como la cultura, la ciencia, la tecnología, la salud y un largo etcétera.

Quizá no es la decisión más polémica del actual gobierno pero sí es la que hasta el momento motivó que incluso uno de sus aliados, el Partido del Trabajo, les haya volteado bandera y haya votado en contra.

Podrá haber habido corrupción detrás de la figura de los fideicomisos pero ¿cómo justificar el retiro de 70 mil millones de pesos que en su conjunto se operaban a través de estas entidades sin siquiera haber dado a conocer pruebas de tales prácticas y, sobre todo, sin haberse iniciado los correspondientes procesos judiciales contra los responsables?

Se privilegió el machetazo antes que el bisturí; pero eso sí, cuidando lo que les conviene cuidar, porque en cambio han procurado incrementar los fideicomisos que benefician a las Fuerzas Armadas.

Así lo demuestra una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, según la cual los fideicomisos de la Secretaría de la Defensa Nacional pasaron de dos mil 505 millones de pesos hasta 26 mil 252 millones en 2019; es decir, un aumento de 1,048 por ciento.

Otra piedrita en el zapato

Y aunque dentro de Morena no lo quieran ver este tipo de decisiones puede ser la explicación de su derrota aplastante en los comicios de Hidalgo y Coahuila el fin de semana pasado. Desde este espacio ya habíamos anticipado que las elecciones locales sin la presencia del presidente López Obrador en las boletas son una moneda en el aire para Morena, más aún porque el partido atraviesa por un severo conflicto interno por la dirigencia nacional que le impidió articular una participación honrosa en ambos estados.

Más allá de ser una sorpresiva victoria del PRI esto solo puede interpretarse como una primera factura que los mexicanos le endosan a la actual administración federal. Definitivamente no lo están haciendo tan “requetebien” como pretenden hacérnoslo creer.

Estilo mata carita...

Y qué les parece la revelación del presidente López Obrador sobre el ofrecimiento que el PAN y el PRI supuestamente hicieron al magnate Carlos Slim para abanderar una candidatura de unidad en 2018. ¿Con Slim habrían cambiado en algo los acontecimientos desde entonces a la fecha o solo será un buscapié para voltear a hablar de cosas del pasado en vez de ocuparnos del presente?