Victoria Shadai Núñez Hernández, feminista, sicóloga y cofundadora de la Asociación Psicológica Raíces Violetas AC, platica en entrevista sobre qué medidas tomar en torno de la violencia de género y el feminicidio.
—¿Para ti qué es el feminismo?
—Es un movimiento político, social, económico, individual y colectivo que tenemos las mujeres históricamente para nuestra propia reivindicación y emancipación.
—¿Cuál crees que deba ser la hoja de ruta a seguir dentro del movimiento, después de la marcha del 8 de marzo?
—En este momento la necesidad inmediata es continuar con el apoyo a las madres y familiares de víctimas de feminicidio. Actualmente hay un plantón en el Zócalo de la Ciudad de México de familiares de víctimas. Considero que hoy parte de la agenda prioritaria tendría que ser continuar con este apoyo de forma tal vez no presencial, por la contingencia, pero sí con donaciones, víveres y lo que se pueda.
—¿La baja en el presupuesto a refugios, asociaciones y albergues para mujeres les ha afectado? ¿Cuál es tu opinión acerca de este tema?
—Nosotras desaprobamos por completo el recorte de presupuestos que ha habido; sean cuales sean las razones o los motivos es algo que no podemos dejar de mirar, de nombrar. Quitar presupuesto es ser cómplices de esta violencia y de la gravedad del problema. Actualmente de diez a once mujeres son asesinadas todos los días. No te tienen que asesinar para saber que estás sufriendo violencia.
Conciencia
—¿Qué situación viven las mujeres en medio de la contingencia por Covid-19?
—Para nosotras la demanda de pacientes se triplicó. Ahora atendemos a más de 150 mujeres. Algunas tienen procesos semanales, otras quincenales. Nosotras trabajamos principalmente en comunidades vulnerables de Ecatepec de Morelos, en espacios donde las mujeres no tienen acceso a toda la información. Tenemos algunos casos, por ejemplo, donde las pacientes toman terapia en la azotea de sus casas porque no la pueden recibir libremente, les angustia hablar o no pueden, solo cuando sale el agresor o el violentador, que principalmente es la pareja o el padre.
—¿Cómo deconstruir las ideas en torno del patriarcado?
—El patriarcado nos ha dicho que ni difuntas podemos estar juntas. Nos tiene completamente ajenas a nosotras mismas. Deconstruir estas ideas tiene que ver con el proceso de ser conscientes de nuestro cuerpo y de nuestro sentir: el acto de acercarme a mí es el primer acto de resistencia patriarcal.
—¿Cuál crees que sea lo más urgente que atender en este tema y qué propondrías para solucionarlo?
—Lo primero es que se reconozca el problema a nivel nacional, que se reconozca como tema prioritario en la agenda presidencial. Sin embargo esto es algo completamente ajeno a lo que hoy se hace. También reconocer el tema de corrupción que hay en el país: hay muchos robos a partir de presupuestos etiquetados, no solo en el ámbito de género. Segundo, ¿por qué se sigue reproduciendo el feminicidio y la violencia? La respuesta es: porque no hay consecuencias y si las hay no son lo suficientemente ejemplares. Por supuesto no todo dependerá de una persona o del presidente, pero sí depende de que existan nuevas leyes al respecto. Por ejemplo, castigo de muchos más años al delito de feminicidio; también, incluso, que se juzgue de la misma forma a menores que cometan este delito. En la medida en que se reconozca este problema de manera integral en automático se llevarían a cabo más acciones y de pronto no serían necesarias tantas marchas que nos vemos obligadas a realizar, si esto se atendiera.