La Asociación Internacional de Radiodifusión (AIR) es una organización que agrupa a canales de televisión y estaciones de radio de América, de manera institucional o individual, y tiene como uno de sus principales objetivos consolidar la libertad de pensamiento y de expresión.
En este mes de octubre cumple 75 años de defender y promover la libertad de expresión, así como de fortalecer la radiodifusión.
Con este motivo Vértigo entrevistó a su presidente, Eugenio Sosa Mendoza.
—¿Cuál fue el objetivo de fundar la AIR?
—La AIR se fundó con el propósito de unir a los radiodifusores de las Américas para la defensa común de la radiodifusión privada y libre como instrumento fundamental para el ejercicio de la libertad de expresión. Ese fue el objetivo del radiodifusor Lorenzo Valeria Sico cuando convocó a los radiodifusores privados a reunirse en la Ciudad México un 4 de octubre de 1946.
—¿En sus primeros años qué retos enfrentaron?
—Los problemas que enfrentaron los radiodifusores entonces son en su esencia los mismos que en la actualidad: reivindicar el ejercicio del derecho a la libertad de expresión a través de la radiodifusión privada como elemento esencial para la preservación de las democracias, la convivencia pacífica y el progreso de las naciones.
—¿Considera que los enemigos de la libertad de prensa eran más nocivos antes o lo son más en la actualidad?
—Años atrás los mecanismos utilizados para censurar a los medios de comunicación eran más burdos y evidentes y en general provenían de regímenes dictatoriales. Actualmente las principales amenazas y ataques a la libertad de los medios de comunicación provienen de regímenes que en su origen fueron electos democráticamente pero que, abusando de las reglas de la democracia, se han perpetrado en el poder, como son los casos de Venezuela y Nicaragua, o incluso también desde gobiernos democráticos.
En la actualidad, agrega Sosa, “se utilizan mecanismos más sofisticados de censura que en apariencia pueden ser difíciles de percibir, como pueden ser, entre otros, la intervención sobre la programación de los medios en aras de garantizar un supuesto interés público, la confiscación de espacios en los medios en supuesto interés del Estado o las prohibiciones a la publicidad comercial, también en supuesto interés de la población”.
Muchas veces, puntualiza el presidente de la AIR, “estas restricciones a la libertad de expresión se fundamentan en supuestos intereses colectivos que cuando uno los analiza con más profundidad no son tales, sino los intereses del poder político dominante. Son en definitiva medidas que tienden a debilitar a los medios de comunicación y afectarlos en su capacidad de funcionamiento. Siempre será más fácil para un gobierno enfrentar un sistema de medios débiles y fragmentados que un sistema con medios fuertes y autosustentables”.
Libertad es progreso
—¿Qué tan importante es para una sociedad gozar del derecho a la información y la libertad de expresión?
—Sin derecho a la libertad de expresión y sin derecho a la información una sociedad no puede ser libre. Además, ha quedado evidenciado que las sociedades que tienen mayor progreso son las que gozan de mayores libertades, ya que es a partir del debate e intercambio de distintas ideas y opiniones como se generan las mejores decisiones.
—¿En qué medida una sociedad debe defender su derecho a la información y su libertad de expresión?
—Lo que ocurre en Cuba, Venezuela y más recientemente en Nicaragua nos debe dejar una enseñanza: la libertad de expresión es un derecho fundamental y piedra de toque de todos los demás derechos humanos. Si no hay libertad de expresión no se puede denunciar la vulneración de otros derechos fundamentales. Y todos debemos ser conscientes de que en cada uno de nuestros países hay quienes descreen de la libertad de expresión y quieren limitar este derecho. La defensa de la libertad de expresión es la defensa misma de la democracia; nacen juntas y mueren juntas.
—¿Cuáles son las aportaciones de la AIR a la libertad de expresión?
—Durante estos 75 años la AIR ha debido enfrentar todo tipo de iniciativas dirigidas a silenciar a periodistas y medios de comunicación. La AIR tiene un alto prestigio a nivel internacional y en los más importantes organismos mundiales como la UNESCO, la OEA y la Unión Internacional de Telecomunicaciones, entre otros, encuentra foro y acompañamiento para denunciar los abusos contra el derecho a la libertad de expresión.
Añade Sosa: “Pienso que uno de los grandes aportes que ha hecho la AIR es anticiparse a los hechos y denunciar los graves riesgos que se ciernen sobre la libertad de expresión. Por ejemplo, desde la AIR siempre sostuvimos que calificar a los servicios de radiodifusión como servicios públicos podía constituir un peligroso instrumento para que los Estados controlaran estos medios de comunicación; incluso se analiza en varios documentos fundacionales de la AIR aprobados muchos años atrás. No nos extrañó entonces que gobiernos como el de Venezuela y Ecuador hayan calificado en sus nuevas legislaciones a los medios como servicios públicos, para poder controlarlos y restringir sus libertades”.
En la actualidad, precisa, “verás que todos son conscientes y conocen sobre las graves vulneraciones a la libertad de expresión en Venezuela. Sin embargo, la AIR ya denunciaba esto desde sus orígenes, en los primeros años de gobierno de Hugo Chávez éramos pocos los que advertíamos la debacle institucional que se veía venir. Diría entonces que una de las grandes virtudes de la AIR es anticiparse a los tiempos. Y te puedo decir también que hoy estamos muy preocupados por los avances autoritarios que se observan en algunos otros países de la región”.
—¿Qué mensaje envía usted de los profesionales de la comunicación en el mundo con motivo del 75 aniversario de la AIR?
—Es claro que hoy la radiodifusión privada tiene múltiples nuevos desafíos: el desarrollo tecnológico de nuestras emisoras, su adaptación al ecosistema digital y los hábitos de las audiencias, la convivencia con las grandes plataformas globales. Lo más importante es que la AIR está preparada para asumir estos desafíos, convencidos de que los valores que guiaron a nuestros socios fundadores hace 75 años son los que nos permitirán progresar en esta época de constantes cambios. Como dice el logo de la AIR en sus 75 años: Porque la radiodifusión es libertad”.